A los aficionados al deporte les encantan los partidos en los que se muerden las uñas, hasta el final. Dos equipos igualados que se enfrentan pueden ser partidos imprescindibles que se convierten en clásicos de todos los tiempos. Partidos como las Series Mundiales de 2016 entre los Indios de Cleveland y los Cachorros de Chicago o el Milagro sobre el Hielo de los Juegos Olímpicos de 1980 son emocionantes. Mantienen a los aficionados al deporte pegados a sus asientos y a sus pantallas de televisión temporada tras temporada. Por desgracia, no todos los partidos pueden ser tan emocionantes.
En muchos casos, los equipos universitarios y profesionales son irremediablemente superados, entrenados y trabajados.
Independientemente de cómo haya jugado el equipo perdedor, los vencedores merecieron su victoria. Un talento excepcional, una estrategia sólida y el trabajo en equipo contribuyeron a estas victorias extraordinarias. Consideremos los cinco goles de Andy Cole en el partido del Manchester United contra el Ipswich Town en 1995. Con un resultado final de 9-0, esa diferencia de goles estableció el récord de la Premier League Soccer, que aún se mantiene. También está la tenista profesional Steffi Graf, que a los 18 años derrotó a su rival, Natasha Zvereva, por 6-0 y 6-0 en el Abierto de Francia de 1988. Y nada menos que en 32 minutos.
En el deporte, como en la vida, intervienen la habilidad, la suerte, el momento oportuno y quizá incluso un poco el destino. 24/7 Wall St. ha revisado los récords deportivos históricos para identificar las 20 mayores goleadas en el deporte – así como estas victorias son impresionantes, también lo son las derrotas. Hay que tener en cuenta que no representan necesariamente los mayores márgenes de victoria en cada deporte, y que los partidos se eligieron para favorecer a los más recientes y a los equipos reconocibles.