Mis recuerdos de la infancia son ricos y variados.
Me encantaba visitar el apartamento de mi abuela, con sus persianas con flecos y su tenue olor a eucalipto. Los cajones de su escritorio, forrados de fieltro verde, rebosaban de barajas de cartas, servilletas de cóctel y tees de golf. Todas las puertas de la casa tenían pomos de cristal que se tambaleaban. El cuarto de baño olía a Listerine.
Mi hermano y yo dormíamos en el pequeño dormitorio que había junto a la cocina, la misma habitación que nuestra madre compartía con su propio hermano cuando crecía en la zona norte de Chicago.
Me imagino metiendo la mano en el congelador de la abuela, lleno de escarcha, en busca de la siempre presente caja de Eskimo Pies. Su despensa bien surtida y sus mesas cubiertas de mantelería contenían un montón de delicias que a menudo se me negaban en casa: pasteles, galletas de malvavisco cubiertas de chocolate y delicados cuencos de palitos de naranja en gelatina y otros dulces.
Esta era la década de 1960, mucho antes de que aparecieran las grandes tiendas. La abuela y yo íbamos juntas a la esquina de Roscoe y Broadway, donde explorábamos las maravillas de Simon’s Drugstore, Heinemann’s Bakery y Martha’s Candies.
Esos recuerdos de la infancia de mi abuela son en gran medida sinónimos de comida.
En mi mente, todavía puedo imaginarme conduciendo desde Illinois a Wisconsin bajo un dosel de hojas carmesí contra un cielo azul cegador. Recuerdo las cenas de Pascua con un millón de parientes judíos en el sótano del edificio de apartamentos de algún tío anciano y marchito.
Otros recuerdos de la infancia rememoran los misterios de la aparición de nuevos hermanitos, la construcción de un escondite entre las ramas de un árbol caído y el paseo del periquito de mi mejor amiga por las escaleras en su descapotable Barbie de color aguamarina.
Es bueno escribir nuestros recuerdos. Por muy vívido que parezca el momento, los recuerdos se desvanecen. Estas indicaciones te ayudarán a refrescarlos. Esta puede ser una gran actividad de escritura en casa. Invita a tus hijos mayores a participar. Ellos están más cerca de sus recuerdos, y normalmente pueden recordar los detalles más vívidamente.
No hay reglas: Apunta tus pensamientos en fragmentos o escríbelos al estilo de un diario. En cualquier caso, haz lo posible por recordar los detalles sensoriales que hicieron que el momento fuera importante, ya que son esas pequeñas cosas las que mantienen el recuerdo vivo.
Instrucciones para escribir sobre recuerdos de la infancia
- ¿Quién era tu mejor amigo de la infancia? Escribe sobre algunas de las cosas divertidas que solían hacer juntos.
- Describe uno de tus primeros recuerdos de la infancia. ¿Cuántos años tenías? ¿Qué fragmentos puedes recordar?
- ¿Cuando eras pequeño, intentaste alguna vez escaparte de casa? ¿Qué te hizo querer irte? ¿Qué has hecho en la maleta? ¿Hasta dónde llegaste?
- ¿Puedes recordar la cocina de tu madre o de tu abuela? Utiliza palabras visuales y olfativas para describirla.
- Describe el lugar más inusual o memorable en el que hayas vivido.
- ¿Tenías tu propia habitación mientras crecías o la compartías con un hermano? Describe tu habitación.
- ¿Era usted tímido de niño? ¿Imprudente? ¿Obsesivo? Describa algunos de los rasgos de su carácter en la infancia. ¿Cómo se manifestaban esas cualidades? ¿Sigues siendo así hoy en día?
- ¿Qué recuerdos de la infancia tienes de tu madre y de tu padre? Describa un par de momentos instantáneos.
- Escribe sobre un recuerdo de vacaciones. ¿A dónde fuiste? ¿Qué hiciste? ¿Qué comidas recuerda?
- Describa su escondite favorito.
- ¿Asistió a una escuela tradicional o fue educado en casa? Describe un recuerdo relacionado con la escuela.
- Piensa en un momento en el que hiciste algo que no deberías haber hecho. Describe tanto el incidente como los sentimientos que te generaron.
- ¿Alguna vez has necesitado puntos de sutura, te has roto un hueso o has estado hospitalizado? Describe una lesión o enfermedad de la infancia.
- ¿Tienes parientes extravagantes o interesantes en tu árbol genealógico? Describa uno o dos de ellos.
- Describa sus vacaciones familiares más memorables. ¿Dónde fueron? ¿Ocurrió algo emocionante o inusual? ¿Comiste alimentos nuevos o únicos?
- Los libros pueden ser amigos de la infancia. ¿Cuáles eran algunos de tus favoritos? ¿Por qué eran especiales?
- ¿Creciste con tradiciones familiares? Describa una.
- Describa un juego o actividad a la que solía jugar con un hermano.
- ¿Cuál era su juguete más querido? Describe su forma, aspecto y textura. ¿Qué sentimientos te vienen a la mente cuando piensas en ese juguete?
- Piensa en un acontecimiento de la infancia que te hizo sentir ansiedad o miedo. Describe tanto el suceso en sí como los sentimientos que te provocó.
- Escribe sobre algunos dichos, expresiones o consejos que escuchaste en casa cuando estabas creciendo. ¿Quién los dijo? ¿Qué significaban? ¿Utilizas alguna de esas expresiones hoy en día?
- ¿Cuáles son tus recuerdos más felices de la infancia? Describe un acontecimiento y los sentimientos asociados a él.