La grasa es un componente necesario de la nutrición diaria. Es necesaria para la función celular saludable, la energía, la amortiguación de los órganos vitales, el aislamiento y el sabor de los alimentos.
El almacenamiento de grasa en el cuerpo consiste en dos tipos de grasa: la grasa esencial y la no esencial.La grasa esencial es la cantidad mínima de grasa necesaria para la función fisiológica normal. Para los hombres y las mujeres, los valores de grasa esencial se consideran normalmente del 3% y del 12%, respectivamente. La grasa que supera la cantidad mínima se denomina grasa no esencial. En general, se acepta que un rango general del 10-22% para los hombres y del 20-32% para las mujeres se considera satisfactorio para una buena salud. Una composición corporal dentro del rango recomendado sugiere que una persona tiene menos riesgo de desarrollar enfermedades relacionadas con la obesidad, como la diabetes, la hipertensión e incluso algunos cánceres.
El rango de grasa esencial de una mujer es naturalmente mayor que el de un hombre debido a los depósitos de grasa en los senos, el útero y los lugares específicos del sexo. Tanto en los hombres como en las mujeres, las reservas de grasa no esencial pueden ser saludables, especialmente al proporcionar cantidades sustanciales de energía.
La grasa corporal excesiva se clasifica con los términos sobrepeso y obesidad. Estos términos no implican un estatus social o un atractivo físico, sino que indican riesgos para la salud. El sobrepeso se define como la acumulación de grasa corporal no esencial hasta el punto de afectar negativamente a la salud. Según el American College of Sports Medicine (ACSM), el umbral para caracterizarse como sobrepeso es tener una composición corporal de FM superior al 32% y al 19% para mujeres y hombres, de 20 a 39 años, respectivamente.3
La obesidad se caracteriza por la acumulación excesiva de grasa corporal y puede definirse como un grado más grave de sobrepeso. Las clasificaciones de la obesidad comienzan en la composición corporal de la FM superior al 39% y al 25% en mujeres y hombres de 20 a 39 años, respectivamente. 4
Otros riesgos para la salud
Las enfermedades no son la única preocupación con un porcentaje de grasa corporal poco saludable. A continuación se enumeran varios otros.
- Realización de actividad física
Un componente importante de un estilo de vida saludable y del control del peso es la actividad física y el ejercicio regular. Por el contrario, quienes llevan un estilo de vida sedentario tendrán más dificultades para mantener un peso corporal saludable o desarrollar una musculatura, resistencia y flexibilidad adecuadas. Desgraciadamente, un peso corporal adicional dificulta la actividad física porque requiere más energía y supone una mayor exigencia para los músculos débiles y el sistema cardiovascular. El resultado es un ciclo que se autoperpetúa de inactividad que lleva a más peso corporal, que lleva a más inactividad. - Bienestar emocional
Los estudios indican que la obesidad se asocia con un aumento del 25% en los trastornos de ansiedad y del estado de ánimo, independientemente de la edad o el sexo. Otros estudios sugieren que el aumento del IMC incrementa significativamente la incidencia de los trastornos de la personalidad y de la ansiedad y el estado de ánimo. Otros estudios han podido asociar una mayorincidencia de trastornos psicológicos y tendencias suicidas en las mujeres obesas en comparación con los varones obesos.5
- Muerte prematura
La asociación entre la obesidad y las enfermedades, como el cáncer, las ECV y la diabetes, sugiere que las personas con más grasa corporal suelen tener una vida más corta. El Centro de Control de Enfermedades (CDC) estima que hasta 365.000 muertes al año pueden estar relacionadas con la obesidad, lo que representa casi el 15% de todas las muertes. Otros estudios han relacionado los años de vida perdidos con las mediciones del índice de masa corporal, estimando que pueden perderse entre 2 y 20 años, en función del origen étnico, la edad en el momento de la clasificación como obeso y el sexo.6 - Impacto económico
El daño físico causado por la obesidad y el sobrepeso se refleja en su impacto económico en el sistema sanitario. Los CDC han calculado que los costes médicos ascendieron a unos 147.000 millones de dólares en 2008, lo que incluye la prevención, el diagnóstico y los tratamientos. El sobrepeso y la obesidad también contribuyen a la pérdida de productividad en el trabajo a través del absentismo y el presentismo, definido como ser menos productivo mientras se trabaja. Los costes productivos anuales en todo el país oscilan entre 3.380 y 6.380 millones de dólares.7