El buen liderazgo viene con la adquisición de ciertas habilidades. Las habilidades de liderazgo le permiten ser un gran ejemplo para su equipo en todas las situaciones de un lugar de trabajo. Los mejores líderes, en diferentes campos y organizaciones, tienden a exhibir el siguiente conjunto de cualidades comunes que los hacen exitosos.
Positividad ante la adversidad
Los grandes líderes saben que no pueden tener un equipo feliz y motivado a menos que ellos mismos exhiban una actitud positiva. Esto requiere mantenerse positivo cuando las cosas se van a la izquierda creando una atmósfera alegre y de humor en el lugar de trabajo. Incluso en situaciones terribles, como la baja moral del equipo o el tratamiento de errores importantes cometidos por el equipo en el trabajo, un gran líder siempre mantiene a su equipo lo suficientemente motivado como para resolver estos problemas.
Por mucho que se intente evitarlo, siempre hay que esperar el fracaso; lo cual está bien. Sólo hay que saber cómo afrontarlo. Los grandes líderes se lo toman con calma y mantienen una mentalidad lógica para pensar en la situación y utilizar sus recursos. Lo que no hacen es derrumbarse y revelar a su equipo lo preocupados que están, lo que lleva a que la moral negativa y el miedo se extiendan por todo el lugar de trabajo.
Divide los grandes retos en otros más pequeños y encuentra la forma de abordarlos uno a uno. Piensa en las lecciones que puedes aprender del error y anótalas para que la pérdida conlleve al menos algunas lecciones.
Grandes habilidades de comunicación
Un gran líder debe poseer buenas habilidades de comunicación. Los mejores líderes deben ser capaces de mantener canales de comunicación claros con su equipo y también ser capaces de interpretar a otras personas sin malinterpretarlas a ellas o a sus ideas.
Los grandes líderes también saben cuándo hablar y cuándo escuchar, lo que los convierte en comunicadores eficaces que les permite explicar claramente a su personal todo, desde los objetivos de la organización hasta las tareas específicas. Cuando las personas no entienden sus expectativas, se quedan cortas, por lo que cuanto más específico sea usted, mejor será la comunicación.
Recuerde siempre que la comunicación se basa en un flujo constante de intercambios verbales y no verbales de información e ideas, así que procure ser accesible e involucrar a las personas en diferentes niveles de comprensión. Establezca una política de puertas abiertas para fomentar la comunicación regular y honesta de los miembros de su equipo.
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Practique permitiendo que los miembros del equipo expresen y compartan sus puntos de vista sin interrupción y luego resuma lo que dicen y pida retroalimentación cada vez que comparta sus ideas.
Sabe cómo y cuándo delegar
En realidad no puede hacerlo todo usted mismo. Incluso si pudiera, en un entorno de equipo eso sería una idea terrible de todos modos. Los buenos líderes saben que delegar hace más que simplemente aliviar sus propios niveles de estrés (aunque eso es obviamente una buena ventaja). La delegación también demuestra que usted confía en las capacidades de su equipo, lo que a la larga se traduce en una mayor moral en el lugar de trabajo, así como en un aumento de la lealtad de su equipo, porque la gente siempre quiere sentirse apreciada, valorada y de confianza.
Saber cuándo y cómo delegar el trabajo a los miembros de su equipo significa que tiene que estar muy familiarizado con cada uno de ellos. Aprenda sus puntos fuertes, sus debilidades y sus personalidades. Interactúe más con su equipo para conocer mejor sus pasiones e intereses y así poder asignarles las tareas adecuadas.
Inspire y haga crecer a las personas que le rodean
Todo buen líder conoce la importancia de desarrollar las habilidades de quienes le rodean. Los mejores saben reconocer esas habilidades desde el principio. Además de facilitar el trabajo a medida que mejoran y crecen, el desarrollo también fomentará el ánimo y la moral de los empleados. También es posible que desarrollen algunas habilidades que tal vez no posean y que serán decisivas para el lugar de trabajo.
Los grandes líderes están abiertos a transmitir sus conocimientos con el equipo y les dan la oportunidad de lograrlos. A la larga, así es como se ganan su respeto y lealtad eternos. Dedica tiempo a hablar con los demás miembros del equipo de forma individual para entenderlos, descubrir sus retos actuales y siempre se esfuerza por darles retroalimentación y ánimo para que crezcan y lo hagan mejor.
Imagen: Reshot
Asumir la responsabilidad y nunca culpar a los demás
Los grandes líderes saben que tienen que asumir la responsabilidad cuando las cosas no salen según lo previsto. ¿Cómo se espera que los empleados mantengan un cierto nivel si sus propios líderes no lo hacen?
Los mejores líderes se alejan mucho de las excusas ante el fracaso y, en cambio, se centran en averiguar cómo resolver un problema lo antes posible. Esto demuestra a su equipo que son dignos de confianza y poseen integridad.
Pregunte qué podría haberse hecho mejor para evitar que se produzca la situación en cuestión. Asuma la responsabilidad del fracaso y piense en lo que puede hacer mejor para evitar que se repita.
Lidere con el ejemplo y comprométase a hacer lo mejor
¿Por qué debería su equipo dar su trabajo al 110% de esfuerzo si usted mismo no se molesta en hacerlo? Los grandes líderes cumplen sus compromisos y promesas, y son los más comprometidos y esforzados en el trabajo. Todos los grandes líderes predican con el ejemplo y, al demostrar su propio compromiso con el trabajo, inspiran a su vez a los demás a hacer lo mismo, a la vez que se ganan su respeto e inculcan una buena ética de trabajo.
Aunque otros pueden necesitar directrices más detalladas, la mayoría de las personas aprenden observando la forma en que usted realiza una tarea. Reserve un tiempo para demostrar su trabajo al equipo y deje que observen cómo lo hace. Resuma las habilidades que utiliza y haga saber al equipo cómo se desenvuelve en las tareas difíciles.
En resumen
Estas son nuestras seis características de un buen líder. Los rasgos de liderazgo se pueden aprender. Si practicas con constancia, tú también puedes ser un gran líder. Haz que los pequeños cambios sean tus hábitos cuando trabajes con tu equipo, sea donde sea. Hay muchos buenos líderes, pero pocos pueden considerarse grandes. Y las cualidades anteriores son las que se necesitan para ser grande.