A menudo puede ser bastante difícil convencer a un niño de dos años decidido a dejar los pañales.
Para evitar este conflicto, muchas familias están adoptando un enfoque diferente para el control de esfínteres, que se utiliza más comúnmente en otras partes del mundo, incluyendo China, partes de África, India y América del Sur y Central.
Este método, llamado Comunicación de Eliminación (CE o control de esfínteres infantil asistido), se está haciendo cada vez más popular en Occidente.
Se trata de iniciar el entrenamiento para ir al baño desde el nacimiento siguiendo las señales del niño.
Entrenamiento para ir al baño desde el nacimiento
En lugar de utilizar pañales, los niños aprenden a ir en un receptáculo apropiado desde las dos semanas de edad. Los bebés se colocan en el inodoro o en otro lugar adecuado (como una taza, un orinal, un cubo o incluso el suelo) después de comer o cuando muestran signos de querer hacer sus necesidades. Si el bebé lo hace bien, se le recompensa con comida o afecto.
Ya en 1977, los investigadores sugirieron,
que los factores socioculturales son factores más importantes de lo que se piensa en la preparación para ir al baño.
Las investigaciones muestran que este proceso puede ayudar a los bebés a aprender rápidamente a eliminar en un lugar adecuado.
Funciona mediante una comunicación bidireccional entre el cuidador y el bebé. Los cuidadores siguen las señales del bebé y también pueden indicarle que elimine.
¿Qué eficacia tiene?
Algunos sostienen, basándose en esta diferencia cultural, que los bebés son conscientes de su necesidad de eliminar desde el nacimiento. Otros sugieren que los bebés prefieren estar secos y prefieren no quedarse con un pañal sucio. Es esta preferencia la que facilita la comunicación de la eliminación.
Un estudio descubrió que los niños que utilizaban este método (desde los 33 días) estaban entrenados para ir al baño a los cinco meses de edad.
En este estudio, los padres anotaban la señal del niño para eliminar y mantenían la espalda del bebé contra el pecho del cuidador mientras estaban sentados sobre un inodoro.
Mientras el bebé eliminaba, el cuidador utilizaba señales vocales para reforzar el comportamiento.
Por lo general, estas señales son un sonido «psss» para la orina y un sonido diferente para las heces (estamos probando este método y utilizando un sonido «plop»).
Diferencias culturales y sociales en torno al uso de pañales
Los padres de los países occidentales suelen utilizar pañales para gestionar los desechos de los bebés y niños pequeños.
Algunos padres prefieren los pañales desechables, de los que se dice que reducen la dermatitis del pañal -una erupción roja e inflamada alrededor de la zona del pañal, causada principalmente por la humedad y las bacterias o la levadura- y otras afecciones de la piel, como el eczema.
Para otros, la preocupación por el medio ambiente hace que se prefieran los pañales reutilizables. Los pañales reutilizables suelen ser de algodón.
Hay dos tipos: los pañales de dos piezas, que suelen tener una capa interior y otra exterior impermeable, y los pañales todo en uno, que combinan la capa interior absorbente con la exterior impermeable. Los padres también necesitan forros de pañales. Pero los pañales de tela podrían no ser tan responsables con el medio ambiente como muchos padres creen.
Hay pruebas de importantes problemas medioambientales, como el agua y los pesticidas utilizados en el cultivo del algodón, el principal ingrediente de los pañales reutilizables.
La necesidad de productos de limpieza, de agua caliente y de un lavado constante también puede ser perjudicial para el medio ambiente. Los pañales de tela suelen empaparse más rápidamente que los desechables y deben cambiarse con más frecuencia.
Además, el trabajo del cuidador no es neutro en cuanto a costes y puede que no se tenga en cuenta en la evaluación de costes y beneficios de los reutilizables.
Las familias occidentales aumentan la edad de aprendizaje para ir al baño
La preparación para ir al baño suele considerarse un hito del desarrollo, en el que el control de la vejiga y los intestinos está vinculado a la maduración.
Para que el entrenamiento para ir al baño tenga éxito, los niños deben ser capaces de caminar hasta el inodoro después de reconocer la necesidad de eliminar, manejar la ropa, eliminar completamente, limpiar, manejar la ropa de nuevo y tirar de la cadena.
Durante los últimos 80 años, las familias occidentales han ido aumentando la edad a la que enseñan a ir al baño, desde menos de 18 meses hace 40 años, hasta entre 21 y 36 meses en la actualidad.
Empezar a ir al baño a los 18 meses puede estar relacionado con los consejos médicos.
El pensamiento sobre cuándo empezar a enseñar a ir al baño ha cambiado desde principios del siglo XX.
En la década de 1920, por ejemplo, se consideraban adecuados los 12 meses. En la década de 1960, el consejo era más tarde de los 18 meses. Los investigadores sugieren que los cambios pueden deberse a los horarios de trabajo de los padres, a la comodidad de los productos desechables y a un enfoque más liberal de la crianza.
Los niños con necesidades especiales pueden tardar más en aprender a usar el baño.
La relación entre los cuidadores y los bebés es compleja. Puede ser que, con una cuidadosa observación de las señales de los bebés, los padres puedan aprender a entender las necesidades de su hijo.
Desde luego, eso esperamos en nuestra familia para evitar comprar pañales durante tres años más y limpiar después de los inevitables despistes.