Las alergias alimentarias afectan aproximadamente al 3,5-4,0% de la población mundial. Las alergias alimentarias de tipo inmediato están mediadas por la producción de anticuerpos IgE contra proteínas específicas que se encuentran de forma natural en los alimentos alergénicos. Los síntomas varían individualmente y van desde erupciones leves y urticaria hasta un shock anafiláctico potencialmente mortal. Las alergias al marisco se encuentran entre los tipos más comunes de alergias alimentarias en todo el mundo. Las alergias al pescado y a los mariscos crustáceos son muy comunes. Las alergias a los mariscos moluscos son bien conocidas, pero no parecen producirse con tanta frecuencia. Se han documentado alergias a los moluscos de todas las clases, incluidos los gasterópodos (por ejemplo, la lapa, el abalón), los bivalvos (por ejemplo, las almejas, las ostras, los mejillones) y los cefalópodos (por ejemplo, el calamar, el pulpo). La tropomiosina, una importante proteína muscular, es el único alérgeno bien reconocido en los moluscos. Los alérgenos de la ostra (Cra g 1), el abalón (Hal m 1) y el calamar (Tod p 1) han sido identificados como tropomiosina. Se ha observado una reactividad cruzada a la tropomiosina de otras especies de moluscos con sueros de pacientes alérgicos a las ostras, lo que sugiere que las personas alérgicas a los moluscos deben evitar el consumo de todas las especies de moluscos. También pueden producirse reacciones cruzadas con los alérgenos relacionados con la tropomiosina de los mariscos crustáceos, pero esto está menos definido. También se han descrito alergias laborales en trabajadores expuestos a productos de moluscos por vía respiratoria y/o cutánea. En el caso de las alergias alimentarias, la comida de un hombre puede ser realmente el veneno de otro. Los individuos con alergias alimentarias reaccionan de forma adversa a la ingestión de alimentos e ingredientes alimentarios que la mayoría de los consumidores pueden ingerir con seguridad (Taylor y Hefle, 2001). Los alérgenos que provocan reacciones adversas en los individuos susceptibles son proteínas que se encuentran de forma natural en los alimentos específicos (Bush y Hefle, 1996). Los moluscos, como prácticamente todos los alimentos que contienen proteínas, pueden provocar reacciones alérgicas en algunos individuos.