Benfotiamina

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La benfotiamina optimiza la función endotelial y vascular

En estudios clínicos de todo el mundo, la benfotiamina ha demostrado repetidamente efectos notables en la normalización de la función endotelial.

Las células endoteliales recubren el interior de los vasos sanguíneos. Estas células especializadas suelen estar dañadas por la hiperglucemia y la diabetes. Cuando los vasos sanguíneos son incapaces de relajarse y dilatarse en respuesta a la mayor demanda de flujo sanguíneo, el resultado es la peligrosa condición conocida como disfunción endotelial. Se cree que la disfunción endotelial contribuye al inicio de la aterosclerosis y que subyace a gran parte del daño asociado a las complicaciones de la diabetes, en particular a la enfermedad vascular periférica.

La enfermedad vascular periférica se produce cuando el flujo sanguíneo a través de las arterias de los brazos y las piernas está deteriorado. Los peligros de la enfermedad vascular periférica incluyen:

  • Deterioro del flujo sanguíneo a las extremidades que puede causar dolor por calambres al caminar (claudicación intermitente)
  • Cortes o abrasiones en los pies que no se curan
  • Ulceras y gangrena de los pies y las piernas que pueden requerir amputación.21

Científicos alemanes investigaron recientemente la eficacia de la benfotiamina para favorecer la función endotelial y el flujo sanguíneo periférico. En el estudio, los pacientes diabéticos consumieron una comida que contenía grandes cantidades de productos finales de glicación avanzada (AGE) derivados de alimentos cocinados a altas temperaturas. Se sabe que los AGE contribuyen a la disfunción endotelial. Los sujetos consumieron la comida rica en AGE antes y después de tres días de tratamiento con benfotiamina. Los indicadores de la función endotelial, el estrés oxidativo y los AGE se midieron después de un ayuno nocturno en los días de prueba, y a las dos, cuatro y seis horas después de las comidas de prueba.22

La comida rica en AGE produjo por sí sola varios cambios perjudiciales, entre ellos:

  • Disminución significativa del flujo sanguíneo a las extremidades
  • Aumento de los marcadores sanguíneos de disfunción endotelial
  • Elevación del estrés oxidativo
  • Niveles más altos de AGE.22

Los cambios perjudiciales causados únicamente por la comida rica en AGE se evitaron completamente con la suplementación con benfotiamina. La benfotiamina promovió numerosas mejoras, incluyendo:

  • Mejora del flujo sanguíneo en las extremidades
  • Mejora de la función endotelial
  • Disminución del estrés oxidativo
  • Normalización de los niveles de AGE.22

Este importante estudio alemán demuestra que los AGE contribuyen directamente a una función vascular muy disminuida en los diabéticos, y que el uso de benfotiamina previene la disfunción endotelial inducida por los AGE, el deterioro del flujo sanguíneo y el aumento del estrés oxidativo.22

Dos estudios recientes realizados en Italia validan la capacidad de la benfotiamina para favorecer una función endotelial saludable, incluso en presencia de niveles elevados de glucosa en sangre. Equipos de investigación italianos independientes demostraron que, además de preservar las células endoteliales maduras que recubren los vasos sanguíneos, la benfotiamina también protege las células progenitoras endoteliales, o células que se convierten en células endoteliales. Estas células progenitoras son cruciales para la reparación y el mantenimiento de un tejido endotelial sano.23,24 Mientras que la hiperglucemia, o el alto nivel de azúcar en sangre, interfiere en el desarrollo normal de las células progenitoras, los científicos italianos observaron que el desarrollo normal de estas células puede restablecerse mediante la administración de benfotiamina.23 Del mismo modo, la benfotiamina inhibió la muerte de las células progenitoras epiteliales humanas, provocada por los niveles elevados de glucosa.24

La capacidad de la benfotiamina para favorecer la salud de las células endoteliales puede tener importantes implicaciones para ayudar a las personas a evitar la enfermedad vascular periférica. Los científicos creen ahora que la disfunción endotelial que se produce con la diabetes puede conducir fácilmente a la enfermedad vascular periférica diabética.16

Investigadores japoneses descubrieron que la enfermedad arterial periférica que afecta a los vasos sanguíneos de las piernas se produce comúnmente junto con la disfunción endotelial. Como resultado, las piernas no reciben el suministro crítico de sangre y oxígeno que necesitan para mantenerse sanas y funcionales.25 Además, los pacientes diabéticos con enfermedad arterial periférica tienen menos células progenitoras endoteliales circulantes, que son necesarias para mantener el funcionamiento óptimo de los vasos sanguíneos para que puedan llevar sangre a las extremidades.26

En un modelo de enfermedad vascular periférica, la benfotiamina mejoró la función endotelial, lo que restableció la circulación en las piernas y aumentó el suministro de sangre y oxígeno a los tejidos. Esto es especialmente importante para mantener las extremidades sanas y evitar la amputación, una consecuencia demasiado común de la disfunción vascular. Además, la benfotiamina redujo el déficit de células progenitoras endoteliales inducido por la diabetes, lo que condujo a una mejor respuesta de curación en las piernas de los sujetos diabéticos.24

La diabetes desencadena una cascada de complicaciones debilitantes para la salud

La diabetes es una de las aflicciones de salud más desafiantes de la actualidad, debido a su crecimiento explosivo, a sus efectos devastadores en el organismo y a la dificultad de tratar eficazmente la enfermedad y sus complicaciones.

En una persona sana, los alimentos se convierten en glucosa, que posteriormente se absorbe en el torrente sanguíneo. En respuesta a este aumento de la glucosa plasmática, el páncreas segrega la hormona insulina, que conduce las moléculas de glucosa al interior de las células del cuerpo, donde se almacenan o se queman para obtener energía.

En los individuos prediabéticos y diabéticos, sin embargo, las células se resisten a la insulina y a la entrada de glucosa en las células. Cuando esto ocurre, las células especializadas del páncreas conocidas como células de los islotes responden bombeando más insulina. Con el tiempo, las células de los islotes se agotan por completo. El resultado es la hiperglucemia, o el alto nivel de azúcar en la sangre, lo que hace que el paciente sea totalmente dependiente de un suministro constante de insulina farmacéutica.

A pesar de estos desafíos, la mayoría de las células mantienen concentraciones relativamente normales de glucosa interna. Sin embargo, algunas células -sobre todo las endoteliales, que recubren el interior de las arterias y los capilares- son menos capaces de autorregularse. Tienden a acumular altos niveles de glucosa interna, que no pueden metabolizar de forma eficiente. Esto hace que los productos intermedios de la descomposición de la glucosa se acumulen, activando vías metabólicas que están implicadas en la aparición de complicaciones diabéticas.

Especialmente en los pequeños vasos sanguíneos que alimentan los ojos, los riñones y las extremidades, los productos intermedios tóxicos de la descomposición de la glucosa dejan una estela de daños. Por ejemplo, en la retina, este metabolismo disfuncional de la glucosa puede provocar ceguera. En los riñones, puede causar un daño tisular irreversible que acabe provocando una insuficiencia renal. Y en las extremidades, puede causar enfermedades vasculares y dolores nerviosos, que posiblemente requieran una amputación.8,10

La benfotiamina reduce el riesgo de enfermedades cardíacas

Las personas con diabetes tienen un riesgo muy elevado de sufrir enfermedades cardíacas. La benfotiamina puede desempeñar un papel importante en las estrategias para proteger la salud del corazón de las personas con altos niveles de azúcar en sangre.

Un estudio reciente llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Wyoming midió la capacidad de la benfotiamina para prevenir las enfermedades del corazón en un modelo experimental de diabetes humana de tipo II. Un grupo se convirtió en diabético, mientras que un segundo grupo de control permaneció normal. Ambos grupos recibieron terapia de benfotiamina durante dos semanas. A continuación, los científicos examinaron las células cardíacas de ambos grupos, evaluando su capacidad de contracción y varios parámetros bioquímicos.27

Como era de esperar, la diabetes se asoció con un mayor estrés oxidativo, que interfería en la función saludable del músculo cardíaco. El tratamiento con benfotiamina alivió muchos de los cambios en las células del corazón causados por la diabetes, disminuyendo el estrés oxidativo y restaurando la función de las células del corazón. Los investigadores concluyeron que la benfotiamina puede proteger las células del músculo cardíaco contra la disfunción asociada a la diabetes.27

El suplemento de benfotiamina puede ser, por tanto, crucial para proteger el corazón contra los efectos adversos de la diabetes.

La benfotiamina favorece la salud renal

La enfermedad renal, o nefropatía, es una de las complicaciones más temidas de la diabetes. Cuando la función renal se deteriora en las personas con diabetes, los riñones dejan de ser capaces de realizar su crucial tarea de filtrar la orina. En consecuencia, los diabéticos con nefropatía avanzada deben recurrir a la diálisis renal o al trasplante de riñón. La enfermedad renal también aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares y la mortalidad general.

En un estudio de 24 semanas, los científicos examinaron los efectos de la benfotiamina y la tiamina en sujetos con diabetes. Ambas formas de vitamina B1 produjeron cambios beneficiosos en los marcadores de la función y la salud renal, incluyendo:

  • Una inhibición del 70-80% en el desarrollo de microalbuminuria, proteína en la orina que sirve como signo temprano de disfunción renal
  • Una normalización de la actividad enzimática asociada a la protección contra la enfermedad renal
  • Una reducción del 50% de los niveles de AGE en los riñones
  • Una reducción del estrés oxidativo asociado a la diabetes (producido por la benfotiamina pero no por la tiamina).5,10

Los científicos observaron que, aunque tanto la benfotiamina como la tiamina ayudaban a prevenir las complicaciones renales asociadas a la diabetes, la benfotiamina parece ser una opción superior debido a su mayor biodisponibilidad en el organismo.5,10 Esta investigación indica que la benfotiamina y la tiamina pueden ayudar a las personas con diabetes a salvaguardar la salud de sus riñones y protegerlos contra las devastadoras consecuencias de la nefropatía.

Consecuencias perjudiciales de la deficiencia de vitamina B1

La ingesta de carbohidratos simples, que el cuerpo procesa principalmente en glucosa, aumenta automáticamente la necesidad de tiamina en la dieta. En consecuencia, las personas suelen sufrir una deficiencia de vitamina B1 cuando consumen habitualmente una dieta rica en calorías y carbohidratos con un valor nutricional inadecuado.28 El alcoholismo también puede provocar una deficiencia de vitamina B1, lo que da lugar a una enfermedad conocida como encefalopatía de Wernicke.10

Otras afecciones que pueden asociarse a la deficiencia de tiamina son la gastrectomía (extirpación quirúrgica de todo o parte del estómago) y la cirugía bariátrica (utilizada para tratar la obesidad), que contribuyen a dificultar la absorción de nutrientes.10

La benfotiamina ayuda a evitar la pérdida de visión

Aunque la diabetes amenaza la salud de todo el cuerpo, los ojos son especialmente vulnerables a los daños. Los daños en los pequeños vasos sanguíneos causados por la diabetes pueden provocar retinopatía (una enfermedad de la retina del ojo, que recoge la información visual) e incluso ceguera.

Científicos de Alemania descubrieron que la administración de benfotiamina ayudaba a prevenir la retinopatía en sujetos de prueba con diabetes. Los sujetos del estudio que recibieron benfotiamina durante 36 semanas demostraron niveles completamente normalizados de AGE perjudiciales en la retina, lo que llevó al equipo de investigación a concluir que la benfotiamina puede ayudar a prevenir o retrasar la aparición y la progresión de la retinopatía diabética.8

La benfotiamina parece proporcionar una protección esencial a los ojos, ayudando a prevenir la retinopatía diabética, que tanto afecta a la visión.

Conclusión

Durante décadas, la benfotiamina se ha utilizado de forma segura como medicamento de prescripción en Europa, donde este derivado natural de la vitamina B1 ha demostrado su eficacia en la prevención de muchas complicaciones graves de la hiperglucemia prolongada.

Los consumidores en América pueden ahora acceder fácilmente a la benfotiamina como suplemento dietético de bajo coste. Las investigaciones de laboratorio y los estudios controlados han confirmado que la benfotiamina alivia e incluso puede revertir la neuropatía diabética, la enfermedad renal, el deterioro cardíaco, la disfunción endotelial, la enfermedad vascular periférica y la retinopatía diabética. Gracias a su capacidad demostrada de proporcionar un apoyo de amplio espectro a los vasos sanguíneos, los nervios, los riñones, los ojos y el corazón, la benfotiamina debería considerarse una defensa de primera línea contra las consecuencias debilitantes de la diabetes y la hiperglucemia.

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