Carcinoma de células escamosas (CCE)
Este tipo de cáncer de piel puede tener el aspecto de pequeños nódulos firmes en la piel. Suelen ser de color marrón o bronceado y pueden dar lugar a escamas, úlceras, hemorragias o costras. La capa superior escamosa y costrosa puede acumularse, creando un cuerno cutáneo (Figura 1). Algunas personas pueden pensar erróneamente que el cáncer es sólo un corte o una infección que no parece curarse (Figura 2). Para algunos, el CCE dará lugar a grandes crecimientos en forma de hongo. El CCE tiene un alto potencial de metástasis, especialmente en los ganglios linfáticos.
Carcinoma de células basales
Este tipo de cáncer de piel da lugar a nódulos pequeños y bien definidos con un borde translúcido y nacarado. Estos también pueden ulcerarse y tener el aspecto de una llaga crónica. Suelen ser de crecimiento más lento, con menos tendencia a la metástasis.
Melanoma
Los melanomas suelen tener el aspecto de lunares o marcas de nacimiento. Cualquiera de los signos que se muestran a continuación, también conocidos como el ABCDE del melanoma, puede ser un signo de la enfermedad.
A – Asimetría (la forma es irregular)
B – El borde es irregular
C – Color (colores o tonos variados)
D – El diámetro es superior a 6 mm (1/4 de pulgada)
E – Evoluciona (cambia de alguna manera)
¿Cómo se diagnostica el cáncer de piel?
El diagnóstico comienza cuando usted pide a su médico que inspeccione su piel. Se realizará una historia clínica y una exploración física cuidadosa. Se necesitará una biopsia para confirmar que el bulto es maligno. Esto puede hacerse tomando una pequeña parte de un bulto grande o extirpando por completo uno pequeño.
También deben examinarse los ganglios linfáticos, ya que son un lugar habitual de metástasis, especialmente para el melanoma y el CCE. Pueden ser necesarias otras evaluaciones, como una biopsia del ganglio linfático centinela, una tomografía computarizada y/o una tomografía por emisión de positrones para comprobar si hay metástasis, especialmente en el caso del melanoma.