Cada día añadimos 227.000 personas más al planeta, y la ONU predice que la población humana superará los 11.000 millones a finales de siglo. A medida que la población mundial crece, también lo hace su demanda de agua, tierra, árboles y combustibles fósiles, todo lo cual tiene un precio muy alto para las plantas y los animales que ya están en peligro de extinción.
La población mundial actual:
El crecimiento insostenible de la población y la falta de acceso a los servicios de salud reproductiva también ejercen presión sobre las comunidades humanas, exacerbando la escasez de alimentos y agua, reduciendo la resiliencia frente al cambio climático y dificultando que las comunidades más vulnerables salgan de la pobreza intergeneracional.
Podemos reducir nuestra propia población y consumo a un nivel ecológicamente sostenible de manera que se promuevan los derechos humanos; se disminuya la pobreza y la superpoblación; se eleve nuestro nivel de vida; y se permita que las plantas, los animales y los ecosistemas prosperen.
Condones de especies en peligro de extinción
Los condones de especies en peligro de extinción ofrecen una forma divertida y única de romper el tabú y hacer que la gente hable de la relación entre el crecimiento de la población humana y la crisis de extinción de la vida silvestre.
La crisis de la extinción
La mayoría de los biólogos coinciden en que estamos en medio del sexto evento de extinción masiva de la Tierra; las especies están desapareciendo al ritmo más rápido desde que los dinosaurios vagaban por el planeta. Esta vez, sin embargo, no se debe a fuerzas geológicas o cósmicas, sino al crecimiento insostenible de la población humana y al consumo excesivo.
El crecimiento de la población humana y la expansión urbana
A medida que nuestra creciente población humana se adentra cada vez más en zonas remotas en busca de espacio para construir ciudades, urbanizaciones, campos de golf y nuevas granjas, estamos exprimiendo la vida silvestre en refugios de hábitat cada vez más pequeños, dejando a menudo a las especies en peligro de extinción sin ningún otro lugar donde ir.
Nuestra huella de carbono
Un estudio de 2009 sobre la relación entre el crecimiento de la población y el calentamiento global determinó que el «legado de carbono» de un solo niño puede producir 20 veces más gases de efecto invernadero de los que una persona ahorrará tomando otras medidas de ahorro de energía.
El Centro ha estado trabajando para abordar la conexión entre el crecimiento desenfrenado de la población humana y la crisis de extinción desde 2009. Nuestras innovadoras campañas se centran en soluciones de sentido común, como el empoderamiento de las mujeres y las niñas, la educación de todas las personas, el acceso universal a los métodos anticonceptivos, las opciones de consumo sostenibles y el compromiso de la sociedad de dar a todas las especies la oportunidad de vivir y prosperar.
Regresar la población a la conversación
El crecimiento de la población humana está en la raíz de nuestros problemas medioambientales más acuciantes, pero a menudo se deja fuera de la conversación. Podemos luchar para frenar el cambio climático, detener la pérdida de hábitat y limpiar la contaminación, pero si no abordamos nuestra población insostenible, seguirá siendo una batalla cuesta arriba que no podemos ganar. El primer paso para resolver un problema es conseguir que la gente hable de él.
El Centro está trabajando para volver a poner el foco en el crecimiento de la población humana. Estamos utilizando medios creativos, como nuestros galardonados preservativos para especies en peligro, para iniciar conversaciones de persona a persona en todo el país y utilizando YouTube para explicar esas conexiones no tan obvias entre el crecimiento de la población y otros problemas medioambientales en vídeos cortos, entretenidos pero educativos. También estamos impulsando la divulgación llevando el mensaje a museos, centros científicos y aulas, y a través de campañas en las redes sociales como #CrowdedPlanet.
Apoyar la justicia reproductiva y el acceso al control de la natalidad
Tanto los hombres como las mujeres desempeñan un papel en el crecimiento de la población humana, pero cuando se trata de decisiones reproductivas, las mujeres se ven afectadas de forma desproporcionada por la falta de autonomía y de acceso a la atención sanitaria. Muchas mujeres no pueden obtener los anticonceptivos o las herramientas de planificación familiar que desean o necesitan para tomar decisiones sobre su futuro reproductivo. Desgraciadamente, los legisladores están haciendo todo lo posible para restringir la atención sanitaria reproductiva, incluida la educación y el acceso a la anticoncepción.
Los derechos reproductivos son una cuestión medioambiental. Para asegurarnos de que dejamos espacio para la vida silvestre, es fundamental que todos los embarazos se planifiquen y que las personas tengan en cuenta el medio ambiente a la hora de planificar cuándo -o si- quieren que su familia crezca. Cuando las mujeres tienen acceso a la anticoncepción voluntaria y a la educación en igualdad de condiciones, tienden a elegir retrasar la maternidad y tener familias más pequeñas, lo que conduce a tasas de fertilidad más bajas.
Apoyamos el acceso sin restricciones a la educación, la atención sanitaria reproductiva y la anticoncepción para las mujeres y los hombres, tanto si prefieren los preservativos como los anticonceptivos orales o los de acción prolongada, como el DIU o la vasectomía. Cada persona debe tener las herramientas, la información y la capacidad de tomar la mejor decisión reproductiva para sí misma, su pareja y el planeta.