La primera etapa de la enfermedad periodontal es la gingivitis, una acumulación de placa que provoca el enrojecimiento, la inflamación y el sangrado de las encías. La placa es esa película amarilla pálida sobre los dientes formada por capas de bacterias, y puede acumularse realmente a lo largo de la línea de las encías. Puedes evitar que la placa cause gingivitis manteniendo una buena rutina de higiene dental y prestando atención a tus encías. Esto también eliminará cualquier partícula de comida que quede por ahí y que pueda provocar olores desagradables en las encías más adelante.
El cepillado y el uso del hilo dental dos veces al día son imprescindibles. Empiece por la línea de las encías (que mucha gente descuida) con el cepillo inclinado en un ángulo de 45 grados, haciéndolo rodar hacia arriba y hacia abajo antes de pasar a frotar las superficies de mordida de los dientes. Cuando utilices el hilo dental, hazlo zigzaguear entre cada diente y pasa por debajo de la línea de las encías. Los dentistas también recomiendan realizar una limpieza y un examen profesional cada seis meses. Puedes eliminar la placa en casa, pero con el tiempo se endurece y se convierte en una sustancia llamada sarro que debe ser eliminada por un profesional de la odontología. Sus herramientas de limpieza por ultrasonidos rompen el sarro y unos instrumentos especiales lo eliminan tanto por encima como por debajo de la línea de las encías en un proceso conocido como raspado.
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Si no se trata, la gingivitis puede convertirse en periodontitis. La placa se acumula por debajo de la línea de las encías, irritándolas y provocando una reacción que hace que el cuerpo se vuelva contra sí mismo, destruyendo tejido y hueso. Esto deja bolsas que crean aún más caldo de cultivo para las bacterias y una posible infección. Muchos dentistas dicen que pueden diagnosticar la periodontitis simplemente por el olor que emana de las encías de sus pacientes (aunque las radiografías y un examen son el diagnóstico definitivo). Aunque la pérdida no puede revertirse, los dentistas pueden eliminar la causa de la enfermedad mediante el uso de técnicas de limpieza más profundas como el alisado radicular, que consiste en raspar las raíces de los dientes. El dentista puede adormecer la zona para minimizar el dolor y también utilizar antibióticos u otros medicamentos si hay bolsas.
Pero no dejes que se llegue a ese punto. Si tienes un olor crónico en las encías, o cualquier otro problema en los dientes o en la boca, acude a tu dentista inmediatamente. Se trata de mucho más que el mal aliento.
Publicado originalmente: Sep 7, 2011
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