Healy -cuyo trabajo este año también incluye el drama de divorcio de Netflix Marriage Story- reclutó a algunos miembros originales del equipo de la serie de Rogers, varios de los cuales ayudaron a construir modelos en miniatura de las localizaciones de la película en Nueva York y Pittsburgh, emulando la naturaleza lúdica del plató de Rogers.
«Queríamos que Nueva York y Pittsburgh tuvieran esa cualidad de Mister Rogers, pero elevada -esa maravilla infantil de cómo se ve- y hacerlas más grandes y exageradas», dice Healy.
La producción también localizó cámaras de emisión Ikegami originales y monitores de época. El director de fotografía Jody Lee Lipes no sólo las empleó para dar autenticidad al aspecto, sino que también utilizó las cámaras para fotografiar el espectáculo dentro de la película.
Newell y otras personas de Fred Rogers Productions se detenían durante el rodaje, y Joanne Rogers invitó a Healy a su casa, permitiéndole utilizar fotos familiares originales, así como un cuadro de un racimo de plátanos pintado por la hermana de Rogers. Healy encontró las cualidades de bondad y generosidad de Rogers en quienes le conocían. «Fred tenía una manera de rodearse de gente mágica», dice.
Esta historia apareció por primera vez en el número del 6 de noviembre de la revista The Hollywood Reporter. Para recibir la revista, haga clic aquí para suscribirse.