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Siempre puedo decir quiénes son los veteranos militares en mis cursos de supervivencia: al final del día, se quitan las botas, se secan los pies y se frotan con polvos de talco. La mayoría de estas personas han pasado mucho tiempo en el campo durante años y conocen el valor de cuidar sus principales herramientas de locomoción.
La prevención es la clave. Para empezar, use calzado y calcetines de calidad y tome descansos frecuentes durante el día cuando vaya de excursión. Esto significa quitarse las botas y los calcetines para que se aireen.
Al final del día en el campamento, cuelgue los calcetines para que se sequen. Considere la posibilidad de ir descalzo, si es seguro hacerlo, o póngase unas sandalias. Aplique un poco de polvo Gold Bond o de talco para bebés en sus pies antes de irse a la cama. Toda esta auto-podiatría permitirá que sus pies se recuperen durante la noche, ayudando a prevenir el pie de trinchera y el deterioro de la piel y preparando sus pies para la caminata del día siguiente.
Durante una situación de supervivencia a largo plazo, ventile su calzado con frecuencia. Lave o caliente sus calcetines a la luz del sol cada pocos días, masajee sus pies cada noche y haga todo lo posible para mantener la humedad a raya. Esta última es la verdadera culpable de la descomposición de los tejidos, así que deje que esos pies se sequen cada vez que pueda.
Foto principal: dno1967b