Infección del tracto urinario (ITU)
Las infecciones de la vejiga causadas por bacterias son el tipo más común de ITU. Pueden causar problemas en cualquier parte del tracto urinario, que incluye la vejiga, los uréteres, los riñones y la uretra.
Aunque el cuerpo elimina de forma natural las bacterias a través de la micción, las ITU son increíblemente comunes.
Al menos entre el 40 y el 60 por ciento de las mujeres desarrollarán una ITU en algún momento de su vida, y 1 de cada 4 tiene probabilidades de repetir la infección.
Es más probable que desarrolle una ITU si es sexualmente activa, ha pasado por la menopausia o si utiliza diafragmas o espermicidas como método anticonceptivo.
Las ITU pueden tratarse en casa mediante una serie de remedios asequibles:
- Beba. Cuanto más te hidrates, más orinarás. Cuanto más orines, más probable será que las bacterias sean eliminadas de tu sistema.
- Cuando tienes que ir, tienes que ir. Si tienes ganas de orinar, hazlo. Si te aguantas, las bacterias persistirán.
- Zumo de arándanos. Los arándanos pueden evitar que la E. coli se propague en tu tracto urinario. También contienen antioxidantes como los polifenoles, que contienen propiedades antibacterianas homeopáticas.
- Probióticos. Los alimentos como el yogur y el chucrut son ricos en probióticos. Comerlos produce más peróxido de hidrógeno en tu orina y disminuye su pH, haciendo que las condiciones sean menos favorables para las bacterias. También es bueno para tu sistema digestivo.
Vaginosis bacteriana (VB)
Como dijo una vez la querida Betty White, «puede aguantar una paliza». Sin embargo, eso no significa que deba hacerlo. La VB es la infección vaginal más común entre las personas de 15 a 44 años con vagina.
El sistema reproductor femenino depende de un delicado equilibrio de hormonas y bacterias buenas. Este equilibrio está más en riesgo cuando se está embarazada, se tiene una nueva pareja sexual, múltiples parejas sexuales o si se realizan duchas vaginales.
Lo bueno es que no se puede contraer la VB en los asientos de los inodoros, las piscinas o la ropa de cama.
Los síntomas pueden incluir:
- dolor y calambres abdominales
- dolor, picazón o ardor en la vagina
- una fina secreción blanca o grisácea
- un fuerte olor a pescado
- dolor al orinar
La VB puede aumentar tus posibilidades de contraer ITS como la gonorrea, la clamidia y el VIH. Si no se trata, también puede provocar una enfermedad inflamatoria pélvica (EIP), que reduce las posibilidades de concebir.
El VB suele tratarse con una serie de medicamentos de venta con receta, entre los que se incluyen:
- Metronidazol (Flagyl, Metrogel-Vaginal): disponible como medicamento oral y como gel tópico que se aplica en la vagina.
- Clindamicina (Celocin, Clindesse) – tratamiento en crema que se aplica directamente en la vagina. La clindamicina puede debilitar los preservativos de látex durante el tratamiento y durante unos días después del mismo.
- Tinidazol (Tindamax) – un antibiótico oral. Puede causar malestar estomacal.
Infecciones de transmisión sexual (ITS)
Según los CDC, los casos de ITS en Estados Unidos alcanzaron un récord en 2017. Con 1,7 millones de casos de clamidia, más de 550.000 de gonorrea y más de 30.000 de sífilis, no fue un gran año para las vaginas.
Si estas ITS no se tratan, las mujeres corren un mayor riesgo de sufrir dolor pélvico crónico e infertilidad. En algunos casos, puede poner en peligro la vida.
La tricomoniasis
La tricomoniasis, como se suele llamar, es increíblemente común, con un millón de casos nuevos estimados cada año. A pesar de esto, se le da menos tiempo de pantalla en la esfera cultural de lo que se podría pensar.
Los síntomas son:
- picazón, ardor o enrojecimiento de la región genital
- molestias al orinar
- flujo vaginal amarillento o verdoso
- olor a pescado
Lo más importante es practicar sexo seguro y someterse a pruebas de detección de ITS de forma rutinaria.
Pero si acabas contrayendo una ITS, no te asustes. La mayoría son tratables y/o manejables con antibióticos o medicamentos antivirales.
Dismenorrea
La dismenorrea puede sonar como el nombre de una diosa griega, pero en realidad es sólo el término clínico para los dolores menstruales.
La prevalencia de la dismenorrea varía entre el 16 y el 91 por ciento de las mujeres en edad reproductiva. Por término medio, entre el 2 y el 29 por ciento de las mujeres experimentan un dolor intenso.
Hay dos tipos de dolores menstruales: primarios y secundarios.
La dismenorrea primaria consiste en dolores menstruales de leves a moderados que no están relacionados con ningún otro problema. El dolor suele aparecer uno o dos días antes del sangrado o después de que éste comience.
La fatiga, los calambres digestivos (hola diarrea) y las náuseas también son síntomas comunes. Normalmente, el dolor disminuye con la edad.
La dismenorrea secundaria implica un dolor relacionado con trastornos reproductivos como los fibromas uterinos, la infección y la endometriosis. Este dolor suele durar más que los calambres típicos.
Hay muchas formas de ayudar a aliviar los calambres menstruales desde la comodidad del hogar:
- Tome un analgésico de venta libre (OTC) como ibuprofeno (Advil), naproxeno (Aleve) o paracetamol (Tylenol).
- Ejercicio. El ejercicio aeróbico de bajo impacto puede ayudar a la circulación sanguínea, lo que reduce los calambres.
- Aplique una almohadilla térmica en el abdomen o en la parte baja de la espalda.
- Métase en un baño caliente.
- Tenga un orgasmo (sola o en pareja).
- Duerma más.
- Utilizar un método anticonceptivo hormonal.
Dispareunia (también conocida como sexo doloroso)
Esta es otra palabra dolorosamente larga que se traduce como dolor causado por la penetración. En algunos casos, incluso la inserción de un tampón puede desencadenar el dolor.
La dispareunia puede ser causada por:
- infecciones por hongos o una ITU
- lesión vaginal
- inflamación vaginal
- un diafragma o capuchón cervical mal ajustado
- espasmos musculares
- sequedad vaginal
- anomalías dentro del útero, incluyendo el crecimiento de fibroides o un útero inclinado
- infección ovárica
- enfermedad inflamatoria pélvica (EIP)
- endometriosis
Los tratamientos varían según la causa. Dependiendo del tipo de dispareunia al que te enfrentes, puedes probar con un lubricante antes del coito. Sin embargo, lo mejor es consultar a un profesional sanitario si el dolor persiste.
Endometriosis
Esta afección se produce cuando un tejido similar al revestimiento uterino crece fuera del útero. Afecta a más del 11 por ciento de las mujeres estadounidenses de entre 15 y 44 años.
Las mujeres de entre 30 y 40 años son las más afectadas.
Los síntomas de la endometriosis incluyen:
- dolor crónico en la región genital y pélvica
- dolor durante o después de las relaciones sexuales
- dolor intestinal
- dolor durante las deposiciones o la micción
- sangrado entre períodos
- infertilidad
Si bien no hay forma de prevenir la endometriosis por completo, puede reducir el riesgo disminuyendo sus niveles de estrógeno (el estrógeno ayuda a engrosar el revestimiento del útero). Los anticonceptivos hormonales pueden ayudar a reducir los síntomas.
Aquí tienes algunos remedios caseros para ayudar a aliviar las molestias de la endometriosis:
- Toma un baño caliente o aplica una almohadilla térmica para relajar los músculos pélvicos y reducir el dolor.
- Pruebe los analgésicos de venta libre. El ibuprofeno, el paracetamol o el naproxeno pueden reducir la inflamación, lo que puede ayudar a disminuir las molestias. Lo mejor es consultar a un profesional de la salud para calibrar la dosis adecuada, ya que son peligrosos si se utilizan de forma incorrecta.
- Evite los alimentos inflamatorios como el gluten, el azúcar refinado y las carnes procesadas. El consumo de ácidos grasos omega-3 también puede ayudar con la inflamación.
- Hacer ejercicio ayuda a reducir los niveles de estrógeno y aumenta sus hormonas de la felicidad.
Adenomiosis
Es una condición en la que el revestimiento interno del útero se rompe a través de la pared muscular.
Puede provocar fuertes dolores menstruales, una intensa presión abdominal y distensión abdominal. Las mujeres que padecen adenomiosis suelen decir que les produce una sensación punzante similar a la de un cuchillo.
El crecimiento invasivo del tejido también provoca menstruaciones especialmente abundantes. Es más típico en las mujeres de entre 30 y 40 años y en las que se han sometido a una cesárea o a la extirpación de fibromas.
Aunque no suponen una amenaza para la vida, el dolor y las hemorragias abundantes pueden ser muy molestos.
El tratamiento varía según la gravedad de la afección. Para reducir los síntomas, el médico puede prescribir:
- medicamentos antiinflamatorios como el ibuprofeno o el naproxeno
- tratamientos hormonales como los anticonceptivos orales.
- Ablación endometrial: procedimiento ambulatorio que consiste en extirpar el revestimiento uterino.
- Embolización de la arteria uterina: procedimiento para detener el flujo sanguíneo a la zona afectada, utilizado normalmente para tratar los fibromas uterinos.
- Cirugía con ultrasonidos focalizados guiada por IRM – técnica que utiliza ondas para generar calor y eliminar el tejido no deseado.
- Histerectomía – procedimiento para extirpar quirúrgicamente el útero. Esta es la única forma de curar la afección.
Trastornos del suelo pélvico
El suelo pélvico es un grupo de músculos y ligamentos que proporcionan soporte a la vejiga, el útero y el recto. La disfunción del suelo pélvico puede provocar problemas en la vida sexual, la micción y la defecación.
Puede estar causada por el parto, la obesidad, la cirugía pélvica, el daño nervioso o una lesión traumática.
Los ejercicios de Kegel pueden ayudar con la incontinencia urinaria y la musculatura del suelo pélvico. Las actividades físicas como los estiramientos y el yoga pueden ayudar a relajar los músculos pélvicos. La cirugía mínimamente invasiva también es una opción.
La enfermedad inflamatoria pélvica (EIP)
La EIP incluye la peritonitis pélvica, la endometritis y el absceso tubo-ovárico. En la mayoría de los casos, la EPI está causada por infecciones polimicrobianas, a menudo relacionadas con la clamidia y la gonorrea.
Los síntomas pueden incluir:
- períodos más largos y abundantes
- descarga vaginal
- náuseas
- fiebre
- dolor abdominal bajo
La mayoría de los casos se pueden tratar con antibióticos, tratando las ETS de la pareja y con abstinencia temporal.
Fibroma uterino
Los fibromas son tumores musculares que crecen en la pared uterina. Aunque la palabra «tumor» es inquietante, la mayoría de los fibromas son totalmente benignos y muchas mujeres no los notan.
Las que sí experimentan síntomas pueden tener mayores calambres durante la menstruación y un sangrado más abundante.
Los fibromas suelen aparecer en mujeres de entre 30 y 40 años, y suelen reducirse por sí solos después de la menopausia. Las mujeres obesas y/o que comen mucha carne roja tienen un mayor riesgo.
Típicamente se recetan medicamentos para reducir el tamaño de los fibromas, ya que no se recomienda su extirpación.
Vulvodinia
La zona externa de los genitales se llama vulva. Si el dolor vulvar (sí, es una palabra) dura más de tres meses, es posible que sufra vulvodinia, una enfermedad que afecta al 8 por ciento de las mujeres.
Los síntomas generales incluyen ardor, escozor, irritación y crudeza. Todo, desde las alergias a los alimentos hasta las condiciones genéticas, puede causar esto. Pero no hay que temer. Hay formas sencillas de prevenir y curar la vulvodinia, entre ellas:
- Deja que la chica respire. Use ropa interior 100 por ciento de algodón y vaya sin fondo a la cama.
- Sea suave. Evita los jabones y lociones que contengan tintes, perfumes y otros productos químicos agresivos.
- Lubrica. Los lubricantes durante el sexo, u otros actos sexuales, pueden ayudar a minimizar la fricción vulvar.
Vaginitis
La vaginitis es bastante común y no está necesariamente causada por la actividad sexual. Puede presentarse en forma de infección bacteriana, por hongos o por parásitos.
Según los CDC, 21,2 millones de mujeres de entre 14 y 49 años la experimentaron en un estudio de prueba de tres años. De estas mujeres, el 84 por ciento no informó de ningún síntoma.
Las infecciones por hongos, causadas por un exceso de cándida, son extremadamente frecuentes. La cándida es un hongo que existe de forma natural en pequeñas cantidades en la boca, el tracto gastrointestinal y la vagina.
Los signos de sobrecrecimiento de cándida incluyen:
- picazón vaginal
- ardecimiento
- descarga espesa y gruesa
La mayoría de las personas con una vagina experimentarán una infección por hongos al menos una vez en su vida. No es nada de lo que avergonzarse, y hay un montón de medicamentos de venta libre para ayudar.
Vaginismo
El vaginismo es la contracción involuntaria de los músculos de la vagina. Las contracciones musculares hacen que las relaciones sexuales u otras formas de penetración sean dolorosas o incluso imposibles.
Aunque esta afección es poco frecuente -sólo entre el 1 y el 17 por ciento de las mujeres la padecen al año en todo el mundo-, plantea dificultades extremas a las afectadas.
Identificar la causa puede ser difícil, ya que a menudo se desencadena por factores psicológicos y sociales.
Se sabe que los ejercicios de Kegel ayudan, ya que tensar y relajar estos músculos ayuda a recuperar el control voluntario.
Inflamación del cuello uterino (cervicitis)
El cuello uterino es la parte más baja del útero, por donde sale la sangre menstrual. Durante el parto, el cuello uterino se expande para permitir que el bebé pase por el canal de parto. A veces el cuello del útero puede inflamarse.
Los posibles síntomas pueden incluir:
- Orinar con frecuencia y con dolor
- Dolor durante el coito
- Sangrado después del coito
- Sangrado entre menstruaciones
- Secreto vaginal inusual
La afección suele ser el resultado de una ITS como la clamidia o la gonorrea, pero también puede provenir de causas no infecciosas, e.Por ejemplo, una alergia al látex.
El tratamiento exitoso implica la eliminación de la causa subyacente. Algunas opciones de tratamiento comunes incluyen:
- antibióticos
- cirugía
- nitrato de plata
Quiste de ovario
Los quistes de ovario son sacos llenos de líquido en los ovarios. Los ovarios están situados en la parte inferior del abdomen, a ambos lados del útero.
En los Estados Unidos, aproximadamente entre el 5 y el 10 por ciento de las mujeres buscan ayuda para los quistes ováricos en su vida. De ellas, entre el 13 y el 21 por ciento tienen quistes que resultan ser malignos. Así que son raros, pero pueden dar lugar a graves problemas de salud.
Los síntomas de los quistes ováricos incluyen:
- Hinchazón e hinchazón abdominal
- Movimientos intestinales dolorosos
- Calambres y dolor pélvico antes o durante la menstruación
- Sensibilidad mamaria
- Náuseas y vómitos
Síntomas más preocupantes que requieren atención médica inmediata son:
- dolor pélvico intenso y agudo
- fiebre
- desmayo o mareo
- respiración rápida
El tratamiento de los quistes ováricos depende del tipo y la gravedad de los síntomas. Las opciones de tratamiento habituales incluyen:
- píldoras anticonceptivas
- laparoscopia
- laparotomía