Celie en El color púrpura

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Celie

Es difícil ahí fuera para una… Black Woman in the Early 1900’s

Poor Celie. Lo tiene difícil durante la primera parte del libro. Ella es puramente una víctima: Es violada repetidamente por su padre, le quitan sus hijos y la venden literalmente para casarse con un hombre que quiere una sirvienta, no una esposa. La única persona a la que quiere -y la única que la quiere también- es su hermana Nettie. Y entonces Nettie también le es arrebatada. ¡Caramba! Cuando llueve, diluvia.

La narración de Celie comienza en realidad como resultado de su victimización: Su padre le dice que es mejor que no le diga a nadie que la está violando, al menos no a nadie aparte de Dios. Así que Celie va y le confía a Dios sus luchas. Durante mucho tiempo, Dios es el único ser con el que puede hablar, ya que está aislada emocional o físicamente de la mayoría de los demás personajes del libro. Hablando de soledad.

Durante gran parte de la novela, Celie es completamente pasiva. Conoce a otras mujeres que le dicen que debería defenderse y luchar, pero Celie siente que es mejor sobrevivir que luchar y arriesgarse a no sobrevivir. Sin embargo, hay ciertos desencadenantes que llevan a Celie a levantarse. Como una verdadera luchadora, Celie demuestra estar dispuesta a defender a las personas que ama. Incluso como víctima oprimida por su Pa, Celie se sacrifica y se ofrece a su padre para que éste no toque a Nettie. Si eso no es amor, no sabemos qué lo es.

Celie también lucha por Shug, aunque en menor medida. Cuando el padre del señor __ viene y critica a Shug, Celie se rebela en silencio escupiendo en el agua del hombre. Claro, es asqueroso, pero se lo merecía totalmente. Si hay algo que saca de quicio a Celie es que la gente maltrate a sus seres queridos.

Al final Celie deja atrás su condición de víctima. Aunque el señor __ lleva años maltratando físicamente a Celie, ésta no encuentra su propia fuerza hasta que se entera de que la ha estado separando de Nettie de forma rencorosa e intencionada durante décadas. Este abuso emocional no sólo afecta a Celie, sino también a Nettie. Y eso es la gota que colma el vaso. Celie finalmente se da cuenta de que puede dejar al señor __, y lo hace.

Mientras sepa amar, sabrá que seguirá viva

Durante sus años de maltrato y aislamiento -es decir, la mayor parte de la novela- Celie está emocionalmente insensible. Está entumecida no sólo porque necesita desesperadamente que alguien la ame, sino porque necesita a alguien a quien amar. Está atrapada en un mal matrimonio en el que sus hijastros están «podridos» y su marido la considera una sirvienta. Finalmente, aparece alguien a quien Celie puede cuidar: Shug Avery.

Shug es mala. Incluso Celie lo admite, pero Shug es alguien a quien amar. Con dulzura y cuidado, Celie cuida a la enferma para que se recupere. Debido a que Celie finalmente se abre al amar a alguien, Celie se vuelve más adorable. Como el Sr. __ y Celie se dan cuenta en una discusión, cuando empiezas a querer a otras personas, «la gente empieza a devolverte el amor». Es algo así como saludar.

Pues bien, Shug devuelve el amor a Celie. A través del amor de Shug, Celie comienza a darse cuenta de su propia autoestima, lo que a su vez aumenta su capacidad de amar a los demás. Al final de la novela, Celie ama a más personas que nunca, y ni siquiera está enfadada con el Sr. ___. Podemos ver lo lejos que ha llegado Celie cuando Nettie finalmente regresa a casa y Celie presenta a Albert (el Sr. __) y a Shug como «su gente». Si eso no es amor, no sabemos qué es.

Celie encarna la fuerza del espíritu humano y el poder del perdón. La vemos transformarse de una mujer herida y golpeada a una persona fuerte, independiente y cariñosa. Así que la próxima vez que tengas un mal día, párate y pregúntate: ¿Qué haría Celie?

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