La bioimpresión es un proceso de fabricación aditiva similar a la impresión 3D: utiliza un archivo digital como plano para imprimir un objeto capa a capa. Pero, a diferencia de la impresión 3D, las bioimpresoras imprimen con células y biomateriales, creando estructuras similares a órganos que permiten la multiplicación de células vivas. La bioimpresión es una tecnología bastante nueva, y tiene un enorme potencial para beneficiar a industrias como la medicina y la cosmética.
Hay tres pasos básicos en el proceso de bioimpresión:
1. Pre-bioimpresión. Se trata de crear un archivo digital para que lo lea la impresora. En la actualidad, estos archivos suelen basarse en tomografías y resonancias magnéticas. Los investigadores preparan las células y las mezclan con su biotinta, utilizando un sistema de imágenes de células vivas para asegurarse de que hay suficientes células para imprimir un modelo de tejido con éxito.
2.Bioimpresión. Los investigadores cargan la biotinta cargada de células en un cartucho y eligen uno o varios cabezales de impresión, en función de la estructura que intenten construir. El desarrollo de diferentes tipos de tejidos requiere que los investigadores utilicen diferentes tipos de células, biotintas y equipos.
3.Post-bioimpresión. La mayoría de las estructuras se reticulan para que sean totalmente estables. La reticulación suele realizarse tratando el constructo con una solución iónica o con luz ultravioleta; la composición del constructo ayuda a los investigadores a determinar qué tipo de reticulación debe utilizarse. A continuación, las construcciones llenas de células se colocan en una incubadora para su cultivo.
¿Cuáles son las aplicaciones de la bioimpresión?
Las tecnologías de bioimpresión actuales son todavía nuevas para muchos investigadores. A medida que los científicos de este campo sigan haciendo descubrimientos, la bioimpresión puede tener un gran impacto en una serie de áreas de aplicación.
– Desarrollo de fármacos. Muchos de los estudios actuales se basan en sujetos vivos, un método incómodo y caro para las organizaciones académicas y comerciales. En su lugar, pueden utilizarse tejidos bioimpresos durante las primeras fases, lo que supone una solución más ética y rentable. El uso de tejidos bioimpresos puede ayudar a los investigadores a determinar antes la eficacia de un candidato a fármaco, lo que les permite ahorrar dinero y tiempo.
– Órganos artificiales. La lista de donación de órganos es tan larga que los pacientes esperan años antes de obtener la ayuda que necesitan. La posibilidad de bioimprimir órganos podría ayudar a los médicos a mantenerse al día con los pacientes o a eliminar la lista por completo. Aunque esta solución está muy lejos, es una de las posibilidades más impactantes en este campo.
– Curación de heridas. Hoy en día existen muchas biotintas específicas para tejidos, que permiten a los investigadores trabajar con células artificiales de la piel, neuronas, hepatocitos y otras. Algún día, los médicos podrían utilizar estos modelos para procedimientos terapéuticos como injertos de piel, vendajes óseos para heridas de combate o incluso cirugía plástica.