Cinco datos sobre… la maldición de la tumba de Tutankamón

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Poco después del descubrimiento de Howard Carter, empezó a crecer el rumor de que se había desatado una maldición. Cómo empezó este rumor? ¿Hay algo de cierto en él? He aquí cinco hechos en torno a la misteriosa maldición…

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Lord Carnarvon, el egiptólogo aficionado que financió la excavación, murió cinco meses después de que se descubriera la tumba. Provocó un frenesí mediático, que no hizo más que aumentar cuando se informó de que, a la hora exacta de su muerte, hubo un apagón en El Cairo. Abundaron los rumores, como que la noche en que murió, Susie, la perra de Carnarvon en Inglaterra, lanzó un aullido y murió ella misma. Se achacó su muerte a una maldición pero, en realidad, murió por envenenamiento de la sangre a causa de la picadura de un mosquito infectado.

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La maldición continúa

Las muertes de otros miembros de los grupos de excavación en la tumba de Tutankamón ayudaron a que la historia de la maldición cobrara fuerza. Pero de las docenas de personas que participaron en la excavación, sólo ocho murieron en 12 años. Entre ellos:

– El secretario personal de Howard Carter, Richard Bethell, fue encontrado muerto en su cama en 1929.
– El padre de Bethell se suicidó en circunstancias sospechosas en 1930.
– Sir Archibold Douglas-Reid era un radiólogo que hizo las radiografías del cuerpo de Tutankamón – murió de una misteriosa enfermedad en 1924.
– Arthur Mace, miembro del equipo de excavación, murió en 1928.
– Ni siquiera los visitantes estaban a salvo: el príncipe Ali Kemal Fahmy Bey fue tiroteado por su esposa en 1923 tras entrar en la tumba.

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¿Causas fúngicas?

Varias personas, entre ellas el médico y biólogo Dr. Ezzeddin Taha, de la Universidad de El Cairo, han sugerido que las misteriosas enfermedades podrían haberse contraído por la inhalación de un hongo que vive en las paredes de la tumba. La antigua dolencia habría podido sobrevivir en el espacio sellado durante miles de años.

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La cobra y el canario

Howard Carter era escéptico respecto a cualquier maldición, pero estaba rodeado de supersticiones. Otro rumor de maldición afirma que el día en que se abrió la tumba, una cobra se comió al canario mascota de Carter. Esto se consideró una prueba de la maldición, ya que la cobra es un símbolo de la diosa Wadjet, protectora de los reyes y reinas de Egipto.

Advertencia

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¿Advertencia justa?

Se informó de que se encontró una inscripción sobre la entrada de la cámara funeraria en la que se leía: «La muerte vendrá en rápidos piñones a los que perturben el descanso del faraón». Esto parece una señal ominosa, pero hay dos problemas clave. En primer lugar, ¿está realmente ahí? Las tumbas tenían muchos jeroglíficos en las paredes, pero estaban destinados a ayudar al difunto en el inframundo. En segundo lugar, ¿para quién era? Es muy poco probable que una maldición escrita ahuyente a los ladrones de tumbas que no saben leer jeroglíficos.

Este artículo se publicó por primera vez en el número de febrero de 2014 de History Revealed.

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