El Águila Arpía (Harpia harpyja) se puede encontrar tan al sur como Argentina y hasta México en el norte, y aunque no está en la lista de especies amenazadas son bastante raras. El águila arpía o águila arpía americana es la mayor y más poderosa de todas las aves de presa (rapaces) que se encuentran en el hemisferio occidental. Suele vivir en las selvas tropicales de las tierras bajas, pero la invasión humana de su territorio ha hecho que sea difícil encontrarla en su antiguo hábitat. En Centroamérica se considera prácticamente extinta.

El Águila Arpía recibe su nombre de la mitología griega, «Arpías» era un espíritu del viento con cuerpo de águila y rostro humano. Se dice que las Arpías llevaban a los muertos a su vida futura o al Hades.
El plumaje de la parte superior del cuerpo es de color gris plomo y su parte inferior es principalmente blanca, excepto la cola que tiene rayas negras. Debajo del cuello hay una franja negra hasta la mitad del pecho. Las águilas arpías tienen una doble cresta sobre la cabeza gris claro. Los machos y las hembras tienen un plumaje muy parecido. Teniendo en cuenta el tamaño de las aves, su envergadura es comparativamente corta, ya que mide hasta 1,80 m. Esta corta envergadura le da al águila arpía más capacidad de maniobra en el confinamiento de la selva tropical. De la cabeza a la cola alcanzan hasta un metro y medio de longitud. Las hembras de águila arpía pesan mucho más que los machos, llegando a pesar hasta 20 libras, mientras que los machos sólo pesan 11 libras. Las águilas arpías se adaptan al cautiverio y algunas hembras han crecido hasta más de 25 libras de peso, principalmente debido a un suministro continuo de alimentos y a la falta de ejercicio.
El Águila Arpía no tiene depredadores naturales y es carnívora. Atraparán y comerán casi cualquier criatura viva en la que puedan clavar sus feroces garras. Sus presas son perezosos, monos, osos hormigueros, puercoespines, iguanas, serpientes y loros. Se sabe que son capaces de levantar y cargar hasta el 75% de su peso corporal y pueden arrancar a un perezoso adulto de su árbol y llevárselo. Ocasionalmente, se sabe que las águilas arpías capturan presas más pesadas, como ciervos y carpinchos, pero normalmente las llevan a un tocón de árbol cercano, donde consumen suficiente carne para aligerarla, y luego la llevan a un lugar más seguro. Los ataques a animales domésticos son muy raros.
Durante la temporada de anidación, los machos y las hembras construyen nidos con ramitas y ramas. Normalmente sólo anidan en los árboles más altos, como la ceiba o la nuez de Brasil. Son muy protectores e incluso se muestran agresivos con los humanos que se acercan demasiado a su lugar de anidación. La pareja pone 2 huevos blancos y cada 2 o 3 años sólo crían un polluelo. El segundo huevo es abandonado y nunca eclosiona. Después de 6 meses, la joven arpía sale volando, pero los padres siguen alimentándola hasta 10 meses más.