11 de mayo de 2018
Por Elizabeth Yuko
Hacer bebés ya no es lo que era. Ahora, además de hacerlo a la vieja usanza, los padres esperanzados tienen una amplia gama de opciones para ayudar a lidiar con los desafíos de la fertilidad. Para algunos, esto no significa necesariamente que haya dificultades para lograr el embarazo, sino más bien, la preocupación por transmitir alguna de sus condiciones genéticas o cromosómicas a sus futuros hijos.
Ahora, gracias a un procedimiento denominado diagnóstico genético preimplantacional, podemos analizar los genes y cromosomas de un embrión para detectar cerca de 400 afecciones diferentes -incluidas la distrofia muscular, la anemia de células falciformes, la fibrosis quística y el síndrome de Tay-Sachs- que pueden ser portadas por uno o ambos progenitores genéticos.
Antes de seguir adelante, es importante señalar que para que el DGP tenga lugar, el embrión debe crearse mediante fecundación in vitro. En otras palabras, las pruebas se realizan en embriones en un laboratorio antes de implantarlos en un útero. Incluso si alguien puede quedarse embarazada sin recurrir a la FIV, si desea realizar el DGP, el embrión debe crearse fuera del cuerpo para que se realicen las pruebas y el diagnóstico. Esto significa que el proceso es probablemente costoso y económicamente inalcanzable para muchos. Pero si usted está en condiciones de acceder al DGP y está considerando el procedimiento, esto es lo que necesita saber para ayudarle a tomar su decisión.
¿Cómo funciona el DGP?
En primer lugar, se crea un embrión mediante FIV. Tras cinco o seis días de crecimiento en el laboratorio, los embriones que alcanzan la fase de blastocisto se someten a una biopsia y se congelan, según explica a SheKnows el Dr. Eric Forman, director médico y de laboratorio del Centro de Fertilidad de la Universidad de Columbia. Se desarrolla de antemano una estrategia para comprobar si existen condiciones genéticas específicas, y se analiza el ADN de la biopsia, explica.
El ADN se extrae en un momento en el que la extracción no afecta a la capacidad del embrión para progresar en su desarrollo normal, explica a SheKnows el Dr. Gerardo Bustillo, ginecólogo-obstetra del MemorialCare Orange Coast Medical Center de Fountain Valley, California. El embrión se congela hasta que se dispone de los resultados del análisis genético, añade, y señala que sólo se seleccionan los embriones sanos para transferirlos al útero.
¿Quién es un buen candidato para el DGP?
Según la Dra. Mandy Katz-Jaffe, directora científica y genetista reproductiva del CCRM, cualquier persona que tenga un defecto genético heredado conocido en su familia que provoque una enfermedad genética sería un buen candidato para someterse al DGP en embriones de FIV.
«Siempre que conozcamos la causa genética, casi siempre podemos idear una estrategia para analizar los embriones», explica Forman. «Estas pacientes suelen ser fértiles y tienen un pronóstico excelente cuando se transfiere al útero un único embrión normal. Se puede hacer para una variedad de condiciones genéticas, incluyendo dominantes, recesivas, ligadas al cromosoma X, translocaciones, síndromes de cáncer hereditario, etc.»
¿Es la misma tecnología que se utiliza para crear «bebés de diseño»?
En resumen, no. El DGP no es el mismo proceso que se utiliza para crear los llamados «bebés de diseño» (en los que los padres pueden seleccionar rasgos físicos como el color de los ojos o del pelo).
«El DGP no cambia los genes ni crea nada; sólo estamos identificando embriones que no tienen una mutación causante de enfermedad», explica Katz-Jaffe.
Sin embargo, Bustillo dice que, en teoría, la tecnología del DGP puede permitir seleccionar algunas características físicas si un determinado rasgo puede localizarse en un gen específico de un cromosoma concreto. Pero en la actualidad, cuando alguien opta por el DGP, lo hace para prevenir afecciones genéticas, no para implantar embriones que den lugar a bebés con un determinado color de ojos.
¿Existen inconvenientes en el DGP?
Como ocurre con cualquier nueva tecnología reproductiva, la gente puede mostrarse escéptica sobre el procedimiento y sus posibles inconvenientes. Pero Katz-Jaffe dice que no hay ninguno.
Bustillo, por su parte, subraya que el DGP no es posible sin hacer primero una FIV, que puede ser cara, incómoda y conlleva ciertos riesgos, como la hiperestimulación ovárica y la gestación múltiple, incluyendo gemelos, trillizos y más. Además, dice que el proceso técnico del DGP puede provocar la pérdida de algunos embriones, y es posible que se produzcan diagnósticos erróneos por problemas con la tecnología.
Forman añade que, aunque el seguro no siempre cubre la FIV y el DGP, los costes de los procedimientos son «mucho menores que el cuidado de un niño con un trastorno genético grave», así que eso es algo más a tener en cuenta.
¿Qué debe saber alguien que esté considerando el DGP?
Dados los gastos extra asociados al DGP -sin mencionar los otros aspectos del procedimiento de FIV- es importante que cualquiera que esté considerando utilizar esta prueba diagnóstica entienda sus opciones. Por ejemplo, Bustillo afirma que las técnicas convencionales de diagnóstico prenatal (como la amniocentesis, el muestreo de vellosidades coriónicas y el muestreo de sangre fetal) están más disponibles, tienen un historial más largo y son significativamente menos costosas que el DGP.
«Con las técnicas convencionales, sin embargo, la pareja se enfrenta a la decisión de interrumpir o no el embarazo si se diagnostica un trastorno genético», explica. «El DGP ofrece la opción de seleccionar embriones normales antes de que el embarazo se establezca en el útero».
Y a pesar de las semanas de inyecciones y visitas a la consulta, Forman afirma que «el beneficio de saber que estás embarazada con un embrión normal que tiene muchas menos probabilidades de abortar o de padecer una enfermedad genética hereditaria merece la pena».»
Del mismo modo, otras personas pueden apreciar el hecho de saber que al seleccionar la implantación de un embrión sin una condición genética, no sólo están influyendo en la vida de su futuro hijo, sino también en la de sus descendientes.
«Esta increíble opción ofrece a las parejas la posibilidad de eliminar la mutación causante de la enfermedad de su árbol genealógico para las generaciones venideras», afirma Katz-Jaffe.