El flujo vaginal es el líquido que liberan el cuello del útero y las células vaginales. Es un proceso natural que forma parte del sistema de defensa del cuerpo femenino. Elimina las bacterias y las células muertas de la piel de la vagina, al tiempo que ayuda a mantener el equilibrio del pH. Los cambios en el aspecto del flujo pueden ser una indicación de la salud del sistema reproductivo. Un flujo gelatinoso puede ofrecer pistas sobre el ciclo menstrual.
Regular el flujo vaginal ayuda a garantizar que el sistema reproductivo, así como la salud general de la mujer, estén en buen estado. El flujo es bastante normal y cambia de aspecto, color y consistencia dependiendo de la fase del ciclo. Si has notado una secreción clara y gelatinosa, debes saber que no es necesariamente una indicación de un problema médico o una infección. Se trata de un proceso normal durante el ciclo menstrual, siempre que no haya picor ni olor desagradable.
Cambios en el flujo vaginal: Qué esperar
La secreción o fluido se compone de crecimiento bacteriano y células muertas. La vagina utiliza el flujo para lubricarse y para mantener la piel limpia y húmeda. La consistencia del flujo varía en las diferentes etapas del ciclo menstrual. La mayoría de las veces, el flujo es espeso y pegajoso. Esto ayuda a evitar que los gérmenes entren e infecten el útero. Durante la ventana fértil o la fase ovulatoria, el flujo suele volverse acuoso. Esto ayuda a facilitar el movimiento de los espermatozoides necesarios para fecundar el óvulo.
Es una señal de que podrías estar ovulando
La ovulación se produce cuando el cuerpo libera un óvulo listo para la fecundación. Esto suele ocurrir en la mitad del ciclo menstrual. Justo antes de la fase de ovulación, aumenta la producción de moco cervical. Esto provoca un aumento de la secreción clara y resbaladiza. El aumento de la secreción ayuda a la nutrición de los espermatozoides y a su desplazamiento por el cuello uterino.
La observación de la presencia de esta secreción puede permitirte saber cuándo eres más fértil. Si mantiene relaciones sexuales durante esta fase, puede producirse un embarazo. Para hacer un seguimiento de tu ovulación, debes comprobar tu moco cervical todos los días. Compruebe el color y la consistencia de la secreción.
Podría ser un signo de embarazo temprano
La secreción también podría ser un signo de las primeras etapas del embarazo. La mayoría de las mujeres experimentan cambios en el flujo cervical durante el inicio del embarazo. El flujo suele volverse más fino y seco después de la ovulación. Esto se debe a la reducción de estrógenos. Sin embargo, si un óvulo ha sido fecundado con éxito, el flujo sigue siendo claro, espeso y elástico. También puede tener un color más blanquecino. Esto ocurre porque las hormonas, incluidas la progesterona y el estrógeno, siguen aumentando después de la ovulación si se ha producido la fecundación. El flujo más espeso puede continuar durante unas ocho semanas hasta que el moco forme un tapón para proteger el cuello uterino y el embrión.
Otras causas del flujo vaginal
Hay otras causas aparte del embarazo y la ovulación y los niveles hormonales que pueden provocar el flujo vaginal. Un flujo claro y gelatinoso puede ser causado por cambios en la dieta, el ejercicio, la actividad sexual, la excitación sexual y el estrés. La cirugía cervical reciente también puede causar flujo, así como la cirugía de los órganos cercanos al cuello uterino. El uso de nuevos medicamentos y, en particular, de anticonceptivos hormonales también puede provocar cambios en el flujo. Estos cambios suelen ser de esperar y no deben ser motivo de gran preocupación.
¿Cuándo debe preocuparse por el flujo vaginal?
Puede llegar un momento en el que tenga que acudir al médico por el flujo vaginal. Aunque un flujo gelatinoso y claro es normal, hay algunas excepciones. Una infección bacteriana vaginal o una vaginitis pueden provocar cambios en el pH. Esto puede dar lugar a la producción de más mucosidad. En algunos casos, la mucosidad puede permanecer clara. Sin embargo, la mucosidad puede volverse amarilla, verde o gris, lo que indica una infección vaginal. Las infecciones por hongos, así como las infecciones de transmisión sexual como la clamidia, la gonorrea o la tricomoniasis, pueden provocar cambios en el flujo cervical.
El flujo es una señal importante de la vagina y puede ser una indicación de un trastorno o problema médico. Es esencial conocer los signos del flujo normal. Es muy importante buscar atención médica inmediata cuando se tienen signos de una infección. Si el flujo claro y gelatinoso va acompañado de otros síntomas, debes hablar con un médico. Algunos de los síntomas son fiebre, hinchazón vaginal, dolor al mantener relaciones sexuales o sensación de ardor en la vagina. El picor vaginal, el dolor o el enrojecimiento alrededor de la vulva pueden deberse a una mala higiene, a enfermedades de transmisión sexual o a irritantes químicos. Es necesario un tratamiento inmediato para tratar el problema.