El tratamiento de una lesión de los isquiotibiales depende de la localización y la gravedad del desgarro. Los pacientes con una lesión de la unión miotendinosa reciben un tratamiento diferente al de los pacientes con lesiones de tipo avulsión de los isquiotibiales.
Tratamiento de los desgarros de la unión miotendinosa
El curso del tratamiento de los desgarros de la unión miotendinosa suele ser no quirúrgico (conservador), en el que la rehabilitación va seguida de una vuelta al juego debidamente programada.1-5 El tratamiento conservador se divide en tres fases basadas en las fases de curación.3,4 Los pacientes con una lesión de la unión miotendinosa suelen tener una recuperación más rápida y una mayor tasa de retorno al nivel de función anterior que los que sufren una lesión de tipo avulsión. 6-8
Fase 1: Fase inflamatoria
Durante la fase inflamatoria inicial de la curación, el objetivo debe ser controlar el dolor, disminuir la inflamación y proteger el tendón para que pueda desarrollarse el tejido cicatricial.3,4 Esta fase puede requerir el uso de muletas y la retirada del peso de la pierna lesionada para facilitar la recuperación, la curación y la protección.
Además, los pacientes deben:
- Evitar el estiramiento excesivo durante esta fase, porque puede ser perjudicial para el proceso de recuperación.3,4
- Utilizar hielo, elevación, reposo y medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) según sea necesario para controlar la inflamación y el dolor.
- Limitar el ejercicio a un rango de movimiento protegido y sin dolor.3
La duración de esta fase depende de la gravedad de la lesión, pero suele durar de 3 a 7 días.3,4,9 Un clínico cualificado debe tomar decisiones sobre la progresión a la siguiente fase basándose en el examen clínico y la función del paciente.
En general, se considera que un paciente está listo para progresar a la segunda fase de curación y tratamiento cuando puede tolerar una marcha normal, una contracción isométrica al 50% al 70% máximo y un trote a muy baja velocidad sin dolor.3,4 Una contracción isométrica significa literalmente sin movimiento. Un ejemplo de ello sería que un clínico sostuviera el talón mientras un paciente intenta doblar (flexionar) la rodilla, pero sin permitir que se doble. Mientras el músculo se contrae, no se acorta.
Fase 2: Fase de reparación
Durante la fase de reparación del tratamiento, el paciente debe intentar recuperar toda la amplitud de movimiento, con una precaución continua para evitar estiramientos demasiado agresivos.3,4 Con el tiempo, el paciente puede realizar ejercicios más exigentes según los tolere, recordando siempre que debe hacerlos sin dolor.
Esta fase puede durar de 6 a 8 semanas, pero depende del paciente y de la gravedad de la lesión inicial.3,4,9 La progresión a la tercera fase de curación y tratamiento requiere fuerza y amplitud de movimiento completas, con la capacidad de tolerar un trote hacia atrás al 50% de la velocidad máxima.3 Se recomienda que un clínico cualificado evalúe al paciente y guíe la terapia adecuadamente.
Fase 3: Fase de remodelación
Durante la tercera fase del tratamiento, es importante personalizar la rehabilitación a las necesidades específicas del paciente. Se recomiendan ejercicios de agilidad y ejercicios específicos para el deporte o la actividad a fin de promover la remodelación de los tejidos y ayudar a preparar al paciente para que vuelva a su nivel de función anterior.3,4 Los ejercicios que hacen hincapié en los movimientos rápidos y el cambio de dirección, como los ejercicios pliométricos, son ideales y ayudarán a preparar al paciente para que vuelva a sus actividades.3 Al igual que en las fases anteriores de la curación, es importante contar con la participación de un clínico cualificado para guiar la rehabilitación y la recuperación.
Tratamiento de las avulsiones de los isquiotibiales proximales
Una avulsión de los isquiotibiales proximales se refiere a cuando el tendón se ha desprendido de donde se inserta en el hueso pélvico, posiblemente arrancando un pequeño fragmento de hueso con el tendón. Las imágenes avanzadas son importantes en los casos de lesiones proximales para acelerar la consulta quirúrgica y posiblemente mejorar los resultados y la vuelta al juego.10,11
Si no es necesaria la cirugía, el tratamiento conservador de las avulsiones proximales de los isquiotibiales seguirá las mismas fases 1 a 3 descritas anteriormente, aunque el protocolo exacto (por ejemplo, estiramientos y ejercicios) puede ser diferente.
Si una avulsión proximal de los isquiotibiales tiene más de 2 mm de desplazamiento, se recomienda una consulta quirúrgica para su reimplantación.12,14 La reparación quirúrgica temprana puede dar resultados superiores tanto al tratamiento conservador como a la reparación quirúrgica tardía de las avulsiones de los isquiotibiales proximales.12,14
El proceso de recuperación tras la reparación quirúrgica puede durar de 6 a 12 meses o más, dependiendo de la gravedad de la lesión inicial y de la intervención quirúrgica necesaria.12,15-18 Es importante que los pacientes sigan las instrucciones del cirujano durante la rehabilitación y la recuperación.
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