Información sobre los primeros signos de la demencia, la importancia de un diagnóstico precoz y correcto y las formas de diagnosticarla.
¿Cuáles son los primeros signos de la demencia?
Los primeros signos de la demencia son muy sutiles e imprecisos y pueden no ser evidentes de inmediato. Los primeros síntomas también varían mucho. Sin embargo, por lo general, las personas parecen notar primero que hay un problema con la memoria, particularmente al recordar eventos recientes.
Otros síntomas comunes son:
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Confusión
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Cambio de personalidad
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Apatía y retraimiento
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Pérdida de la capacidad para realizar las tareas cotidianas
A veces las personas no reconocen que estos síntomas indican que algo va mal. Pueden asumir erróneamente que este comportamiento es parte normal del proceso de envejecimiento. O los síntomas pueden desarrollarse gradualmente y pasar desapercibidos durante mucho tiempo. A veces, las personas pueden negarse a actuar incluso cuando saben que algo va mal.
Diez señales de advertencia
Esta es una lista de síntomas comunes de la demencia. Repase la lista de los síntomas, si hay varios a los que dice «sí», se debe consultar a un médico para que realice un examen completo de la persona con los síntomas.
Pérdida de memoria reciente que afecta a las habilidades laborales
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Es normal olvidar de vez en cuando las reuniones, los nombres de los compañeros o el número de teléfono de un socio comercial, pero recordarlos más tarde.
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Una persona con demencia puede olvidar las cosas más a menudo, y no recordarlas después.
Dificultad para realizar tareas familiares
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Las personas ocupadas pueden distraerse tanto de vez en cuando que pueden dejar las zanahorias en el fuego y sólo recordarlas cuando la comida ha terminado.
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Una persona con demencia puede preparar una comida y no sólo olvidarse de servirla, sino también de haberla hecho.
Problemas con el lenguaje
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Todo el mundo tiene problemas para encontrar la palabra adecuada a veces.
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Una persona con demencia puede olvidar palabras sencillas o sustituirlas por otras inapropiadas.
Disorientación de tiempo y lugar
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Es normal olvidar por un momento el día de la semana o su destino.
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Las personas con demencia pueden perderse en su propia calle, no saber dónde están, cómo han llegado hasta allí o cómo volver a casa.
Poca o escasa capacidad de juicio
La demencia afecta a la memoria y a la concentración de la persona y esto, a su vez, afecta a su juicio. Muchas actividades, como la conducción, requieren un buen juicio y cuando esta capacidad se ve afectada, la persona será un riesgo, no sólo para sí misma, sino para los demás en la carretera.
Problemas con el pensamiento abstracto
- La gestión de las finanzas puede ser difícil para cualquiera.
- Una persona con demencia puede tener problemas para saber qué significan los números o qué hacer con ellos.
Perder cosas
- Cualquiera puede extraviar temporalmente una cartera o las llaves.
- Una persona con demencia puede poner repetidamente cosas en lugares inapropiados.
Cambios de humor o comportamiento
- Todo el mundo se pone triste o de mal humor de vez en cuando.
- Alguien con demencia puede tener rápidos cambios de humor, pasando de la calma a las lágrimas o a la ira, sin razón aparente.
Cambios de personalidad
- La personalidad de las personas puede cambiar un poco con la edad.
- Una persona con demencia puede volverse desconfiada o temerosa, o simplemente apática y poco comunicativa. También pueden volverse desinhibidos, excesivamente familiares o más extrovertidos que antes.
Pérdida de iniciativa
- Es normal que se canse de las tareas domésticas, de las actividades comerciales o de las obligaciones sociales.
- La persona con demencia puede volverse muy pasiva y requerir señales que la inciten a involucrarse.
Basado en ¿Es el Alzheimer? Ten Warning Signs You Should Know, Alzheimer’s Association, USA.
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No asuma que es demencia
Recuerde que muchas condiciones tienen síntomas similares a la demencia, por lo que es importante no asumir que alguien tiene demencia sólo porque algunos de los síntomas están presentes. Los accidentes cerebrovasculares, la depresión, el alcoholismo, las infecciones, los trastornos hormonales, las deficiencias nutricionales y los tumores cerebrales pueden provocar síntomas similares a los de la demencia. Muchas de estas condiciones pueden ser tratadas.
Un diagnóstico correcto es importante
Consultar a un médico para obtener un diagnóstico es fundamental en una fase temprana.
Una evaluación médica y psicológica completa puede identificar una condición tratable y asegurar que se trata correctamente, o confirmar la presencia de demencia y entonces asegurar la asistencia.
Una evaluación de este tipo podría incluir lo siguiente:
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Un historial médico detallado, proporcionado, si es posible, por la persona con los síntomas y un familiar o amigo cercano. Esto ayuda a establecer si hay un inicio lento o repentino de los síntomas y su progresión.
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Un examen físico y neurológico completo, que incluya pruebas de los sentidos y los movimientos para descartar otras causas de demencia y para identificar enfermedades médicas que puedan empeorar la confusión asociada a la demencia.
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Pruebas de laboratorio que incluyen una serie de análisis de sangre y orina denominados «análisis de demencia» para detectar una serie de posibles enfermedades que podrían ser responsables de los síntomas. El examen de demencia se puede realizar a través de un médico.
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Pruebas neuropsicológicas para identificar las capacidades retenidas y las áreas problemáticas específicas, como la comprensión, la perspicacia y el juicio.
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Otras pruebas especializadas, como una radiografía de tórax, un ECG o una tomografía computarizada.
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Una prueba de estado mental para comprobar la gama de funciones intelectuales afectadas por la demencia, como la memoria, la capacidad de leer, escribir y calcular.
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Evaluación psiquiátrica para identificar los trastornos tratables que pueden imitar la demencia, como la depresión, y también para controlar los síntomas psiquiátricos, como la ansiedad o los delirios, que pueden aparecer junto a un trastorno neurológico.
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Por dónde empezar
Su médico local
El mejor lugar para iniciar el proceso de diagnóstico es el médico local que, tras considerar los síntomas y solicitar pruebas de detección, puede ofrecer un diagnóstico preliminar o remitir a la persona a un neurólogo, geriatra o psiquiatra.
Resistencia a visitar al médico
Algunas personas pueden resistirse a la idea de visitar al médico. En algunos casos, las personas no se dan cuenta, o bien niegan que les pase algo. Esto puede deberse a los cambios cerebrales de la demencia que interfieren con la capacidad de reconocer o apreciar sus problemas de memoria. Otros, con una percepción retenida, pueden tener miedo de que se confirmen sus temores.
Cómo afrontar la resistencia a visitar al médico
Una de las formas más eficaces de superar este problema es encontrar un motivo físico para la visita al médico, preferiblemente una revisión por un síntoma que la persona esté dispuesta a reconocer, como los dolores de cabeza o el deterioro de la vista.
Tal vez sugerir un examen del corazón, una prueba de presión arterial o de diabetes, o una revisión de la medicación a largo plazo. Otra forma es sugerir que es hora de que AMBOS se hagan un chequeo físico. Cualquier ansiedad expresada por la persona es una excelente oportunidad para sugerir una visita al médico.
Asegúrese de proporcionar mucha tranquilidad. Una actitud tranquila y afectuosa en este momento puede ayudar a superar las preocupaciones y temores reales de la persona.
Si la persona no quiere visitar al médico:
- Hable con otros cuidadores que hayan tenido que enfrentarse a situaciones similares
- Contacte con el Equipo de Evaluación de la Atención a la Tercera Edad (ACAT)
- Llame a la Línea Nacional de Ayuda a la Demencia en el 1800 100 500.