Ejercicio para personas con la enfermedad de Parkinson

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El ejercicio beneficia tanto el bienestar físico como el psicológico de las personas con la enfermedad de Parkinson (EP). La EP afecta a la capacidad de la persona para moverse, caminar, la coordinación motora y el equilibrio. Por ello, el ejercicio ayuda a mantener los músculos fuertes y a mejorar la flexibilidad y la movilidad. El ejercicio puede ayudar a evitar que la EP progrese, según una investigación realizada por la Fundación Nacional del Párkinson. Además, el ejercicio mejora el equilibrio, ayudando a las personas a superar los problemas de la marcha y a fortalecer los músculos que ayudan a tragar y hablar. El ejercicio también puede prevenir algunas de las complicaciones secundarias a largo plazo de la EP, como la rigidez de las articulaciones. Los pacientes también reciben la satisfacción emocional de sentir que han logrado algo.

Consulte con su médico antes de empezar cualquier programa de ejercicios. Su médico podría hacerle recomendaciones sobre:

  • Los tipos de ejercicio más adecuados para usted y los que debe evitar
  • La intensidad del entrenamiento (la fuerza con la que debe trabajar)
  • La duración de su entrenamiento y cualquier limitación física
  • La derivación a otros profesionales, como un fisioterapeuta, que puede ayudarle a crear su propio programa personal de ejercicios

El tipo de ejercicio que mejor se adapte a usted depende de sus síntomas, su nivel de forma física y su estado de salud general. Por lo general, se recomiendan los ejercicios que estiran las extremidades en toda su amplitud de movimiento. Para los pacientes cuya enfermedad limita su capacidad de hacer ejercicio, la derivación a un fisioterapeuta puede ayudar a diseñar un programa de ejercicios que pueda realizar. La última precaución, cuando le den el visto bueno para empezar a hacer ejercicio, es ir despacio.

Consejos para hacer ejercicio:

  • Caliente siempre antes de empezar su rutina de ejercicios y enfríese al final.
  • Si tiene previsto hacer ejercicio durante 30 minutos, empiece con sesiones de 10 minutos y vaya aumentando.
  • Ejercite los músculos faciales, la mandíbula y la voz cuando sea posible:
    1. Cante o lea en voz alta, exagerando los movimientos de los labios.
    2. Haga muecas en el espejo.
    3. Mastique la comida vigorosamente y evite tragar trozos grandes. En su lugar, mastique cada trozo durante al menos 20 segundos.
  • Pruebe el ejercicio en el agua, como los ejercicios aeróbicos acuáticos. Suelen ser más fáciles para las articulaciones y requieren menos equilibrio.
  • Ejercite en un entorno seguro. Evite los suelos resbaladizos, la mala iluminación, las alfombras y otros peligros potenciales.
  • Si tiene dificultades para mantener el equilibrio, haga ejercicio al alcance de una barra o barandilla. Si tiene problemas para ponerse de pie o levantarse, intente hacer ejercicio en la cama en lugar de en el suelo o en una colchoneta.
  • Si en algún momento se siente mal o le empieza a doler, DEJE DE HACERLO.
  • Sobre todo, seleccione un pasatiempo o una actividad que le guste y que vaya a seguir haciendo. Algunas sugerencias son:
    • Jardinería
    • Caminar
    • Nadar
    • Aeróbicos acuáticos
    • Yoga
    • Tai Chi

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