El Triángulo de las Bermudas es uno de los mejores lugares para bucear en busca de naufragios y Michael Barnette, biólogo de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, lleva quince años buceando en un pecio concreto.
Ahora por fin puede demostrar que se trata del largamente perdido SS Cotopaxi que desapareció en 1926.
Según la edición.cnn.com, el pecio se encuentra en el fondo del océano a unas treinta y cinco millas de San Agustín, Florida, y ha sido visitado por varios buceadores que, al no conocer la historia del barco, lo apodaron el Pecio del Oso.
Barnette tenía el presentimiento de que este barco era el Cotopaxi, pero no pudo demostrarlo porque no había ninguna campana ni marcas identificativas en ningún lugar que confirmaran el origen del barco.
Crédito: Canal Ciencia. Nunca llegó a su destino, y los cuerpos de las 32 personas a bordo nunca fueron recuperados.
Investigó exhaustivamente para encontrar los registros de embarque, los registros judiciales de las demandas presentadas por los familiares de los muertos, los registros de seguros y cualquier otra información que pudiera encontrar.
También fue capaz de obtener los planos del Cotopaxi que fueron extremadamente valiosos para ayudar a identificar el naufragio.
Chuck Meide, director del Programa Arqueológico Marítimo del Faro y Barnette se sumergieron en el pecio y midieron todo lo que pudieron para descubrir que las medidas coincidían con los planos y que la ubicación de la caldera era exactamente la correcta.
El SS Cotopaxi era un granelero de la Corporación de Flota de Emergencia para la Junta Naviera de los Estados Unidos en el marco del programa de construcción naval de emergencia de la Primera Guerra Mundial.
Construido en Ecourse, Michigan, por la Great Lakes Engineering Company, fue botado el 15 de noviembre de 1918, y fue bautizado con el nombre del volcán Cotopaxi en Ecuador.
Viajaba desde Charleston, Carolina del Sur, llevando una carga de carbón y treinta y dos tripulantes a La Habana, Cuba, pero nunca llegó a su destino.
Los medios de comunicación no tardaron en saltar sobre la historia culpando a la «misteriosa maldición» del Triángulo de las Bermudas y Steven Speilberg no ayudó mostrando al Cotopaxi varado en el desierto de Gobi por extraterrestres en su película Encuentros cercanos de un tercer tipo en 1977.
En 2015 alguien inició una falsa historia de que el Cotopaxi era un barco fantasma capturado por la Guardia Costera cubana. Barnette estaba tan disgustado que publicó un vídeo en Internet diciendo a la gente que el verdadero Cotopaxi estaba en el fondo del océano cerca de Florida.
Se pusieron en contacto con él reporteros del Canal de la Ciencia y unieron fuerzas para hacer un documental contando la verdad sobre el barco.
Los misterios de los mares. Crédito: Science channel.
Shipwreck Secrets que se puede ver en ScienceGo, nos cuenta que Estados Unidos empezó a vender barcos después de la primera guerra mundial.
El Cotopaxi fue comprado por los productores de carbón, Clinchfield, y fue operado por Clinchfield Navigation Company, una división de Clinchfield Coal.
Algunos años antes había encallado en un banco de arena en Sudamérica por problemas de motor. Fue recuperado, reparado y puesto de nuevo en servicio.
Después de que el barco se perdiera, los grandes jefes de Clinchfield culparon al tiempo, pero un marinero que fue enviado a comprobar las tapas de las escotillas antes de zarpar informó de que estaban en mal estado y que faltaban las lonas que normalmente se encuentran bajo las tapas de las escotillas.
El Cotopaxi zarpó de todos modos. El testimonio del marinero dio a los familiares de los desaparecidos una razón para demandar a Clinchfield, pero ninguna de las demandas prosperó, no dando justicia a nadie.
La verdad es que el Cotopaxi se hundió debido a una tormenta y sin que las tapas de las escotillas funcionaran, fue arrollado por las olas.
El barco estaba justo fuera del Triángulo de las Bermudas, pero era mucho más interesante noticiablemente ponerlo dentro del Triángulo. Otro buceador había estado buceando en el pecio del Cotopaxi durante varios años y sin conocer la historia ni siquiera el nombre del barco recogió algunas cosas del barco como recuerdo.
Una de las piezas que recogió fue una válvula de latón con las letras SV estampadas en ella.
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La Scott Valve Manufacturing Co. está situada a pocas millas del astillero donde se construyó el Cotopaxi, lo que da aún más credibilidad a la prueba de que éste era el Cotopaxi. Al final del documental, el buzo regaló la válvula a Barnette.