Fedra (mitología)

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Mucho de lo que sabemos sobre la mitología y la historia de Fedra procede de una colección de obras de teatro y poemas. Muchas de estas fuentes anteriores, como «Fedra», una obra de Sófocles, e «Hipólito Velado», una obra de Eurípides, se han perdido. Sin embargo, obras como «Fedra», escrita por el estadista y filósofo romano Séneca el Joven, y «Las Heroínas», una colección de poemas escrita por Ovidio, ofrecen detalles de la historia. Como resultado, hay muchas versiones diferentes de la historia de Fedra e Hipólito, pero todas comparten la misma estructura general, con dos versiones que se han hecho más prominentes con el tiempo. La versión 1 presenta a Fedra como la esposa desvergonzada y lujuriosa de Teseo, el rey de Atenas. La otra versión, la 2, muestra a Fedra bajo una luz mucho más amable, como una reina noble y virtuosa, aunque cada una tiene un final igualmente trágico.

Versión tradicionalEditar

La versión más tradicional de la historia, Fedra es la causa principal de la desgracia en el cuento. La historia cuenta que Fedra, que era madre de dos hijos, Acamas y Demofonte, se enamora de su hijastro Hipólito, hijo de Teseo de otra mujer (nacido de Hipólita, reina de las Amazonas, o de Antíope, su hermana) y se propone seducirlo. En esta versión no está claro el motivo exacto por el que Hipólito rechaza a Fedra, si no es simplemente porque es su hijastro, pero Fedra se siente humillada cuando Hipólito la rechaza. Temerosa de las consecuencias que puede tener si Teseo se entera de sus acciones, miente a su marido diciendo que Hipólito intentó violarla. Esto enfurece a Teseo, que inmediatamente maldice a su hijo con uno de los tres deseos que le ha concedido Poseidón, el dios del mar. A petición de Teseo para matar a Hipólito, el dios convoca a un enorme toro que surge del mar y asusta a los caballos de Hipólito hasta provocar un frenesí que arrastra al jinete hasta su muerte. En una versión de la historia el nombre de Hipólito se traduce como «el que es desgarrado por los caballos».

Al final la traición de Fedra es descubierta de alguna manera (no está claro cómo), y para evitar una muerte más dolorosa, decide quitarse la vida.

Versión alternativaEditar

En esta versión de la historia, Fedra tiene fama de reina virtuosa y no es del todo responsable de sus actos. Se ve atrapada en el fuego cruzado entre Hipólito y Afrodita, la diosa del amor. Esta narración requiere un poco de información sobre un conflicto anterior entre Hipólito y Afrodita. Hipólito es un devoto seguidor de Artemisa, la diosa de la caza y, entre otras cosas, la diosa de la castidad. Por ello, la aclama como la más grande de todas las deidades y, en una muestra de devoción para honrar a la diosa, Hipólito jura virginidad eterna, jurando que nunca amará ni se casará. Esto ofende a Afrodita, a la que todos adoran habitualmente en la mitología griega, y en un intento de castigar a Hipólito, la diosa del amor maldice a su madrastra Fedra para que se enamore perdidamente de él.

Fedra se angustia y se deprime durante varios meses debido a los «terribles anhelos» por Hipólito. Finalmente, incapaz de tolerar la carga de su sufrimiento en silencio, confía en su enfermera y comparte sus sentimientos hacia Hipólito.

La enfermera, preocupada por la salud de su ama, le cuenta a Hipólito cómo se siente Fedra. Obligado por su juramento de abstinencia Hipólito rechaza a su madrastra. Cuando Fedra se entera de las acciones de su enfermera, teme las consecuencias de sus deseos inmorales y planea suicidarse. Pero antes de hacerlo, escribe una carta a su marido Teseo acusando a Hipólito de intentar seducirla en un intento de limpiar su nombre y posiblemente proteger a sus hijos de la desgracia.

De forma similar al final de la versión 1, una vez que Teseo lee la carta de Fedra y se entera de los supuestos pecados de su hijo, reza a Poseidón para que mate a su hijo. Y, de forma muy similar al primer relato, Poseidón convoca a un enorme toro para asustar a los caballos de Hipólito en un frenesí salvaje que lo mata. Sin embargo, en esta versión de la narración, la historia no termina ahí. Artemisa se entristece por la pérdida de su devoto seguidor y revela a Teseo la verdad sobre Afrodita y la maldición que lanzó sobre su esposa. La historia termina con Teseo afligido por la muerte de su esposa e hijo.

Otras versiones de la historiaEdición

Casada con Teseo, que la había raptado tras abandonar a su hermana Ariadna (Ariadna se había enamorado de Teseo y por ello le ayudó a sobrevivir al Minotauro proporcionándole una espada), Fedra se enamoró de Hipólito, hijo de Teseo de otra mujer (nacida de Hipólita, reina de las Amazonas, o de Antíope, su hermana). Hipólito la rechazó.

En venganza, Fedra escribió a Teseo una carta en la que afirmaba que Hipólito la había violado. Teseo se enfadó y maldijo a Hipólito con una de las tres maldiciones que había recibido de Poseidón. Como resultado, los caballos de Hipólito fueron asustados por un monstruo marino y arrastraron a su jinete hasta la muerte.

En otra versión, después de que Fedra le dijera a Teseo que Hipólito la había violado, Teseo mató a su hijo, y Fedra entonces se suicidó por culpa, ya que no había querido que Hipólito muriera. Más tarde, Artemisa le dijo a Teseo la verdad.

En una tercera versión, Fedra se lo dijo a Teseo y no se suicidó; Dionisio envió entonces un toro salvaje que aterrorizó a los caballos de Hipólito.

Eurípides puso dos veces esta historia en el escenario ateniense, de la que sobrevive una versión.

Según algunas fuentes, Hipólito había desdeñado a Afrodita para seguir siendo un devoto firme y virginal de Artemisa, y Afrodita hizo que Fedra se enamorara de él como castigo. Los atenienses mantuvieron un pequeño santuario en lo alto de la ladera sur de la Acrópolis dedicado a Afrodita «para Hipólito».

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