GERD y LPR

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Su proveedor de atención primaria o pediatra a menudo le remitirá a un especialista en ORL (oído, nariz y garganta), u otorrinolaringólogo, para la evaluación, el diagnóstico y el tratamiento si tiene síntomas relacionados.

La ERGE y la RPL suelen sospecharse basándose en los síntomas, y pueden evaluarse más a fondo con pruebas como un examen endoscópico (un tubo con una cámara que se introduce por la nariz), una biopsia, exámenes especiales de rayos X, una prueba de 24 horas que comprueba el flujo y la acidez del líquido del estómago hacia el esófago, pruebas de motilidad esofágica (manometría) que miden las contracciones musculares del esófago al tragar, y estudios de vaciado del estómago. Algunas de estas pruebas pueden realizarse en la consulta.

Las opciones de tratamiento incluyen modificaciones en el estilo de vida y la dieta (véase más adelante), medicamentos y, rara vez, cirugía. Los medicamentos que pueden recetarse incluyen antiácidos, medicamentos contra la úlcera, inhibidores de la bomba de protones y medicamentos de barrera de espuma. Para que sean eficaces, estos medicamentos suelen recetarse durante al menos un mes, y pueden reducirse posteriormente una vez controlados los síntomas. Para algunos pacientes, pueden ser necesarios de dos a tres meses de toma de medicamentos para ver los efectos.

Los niños y adultos que no mejoran con el tratamiento médico pueden requerir una intervención quirúrgica. El tratamiento quirúrgico incluye la «fundoplicación», un procedimiento que tensa la puerta del músculo esofágico inferior (esfínter esofágico inferior o EEI). Las técnicas más recientes permiten hacerlo de forma endoscópica o mínimamente invasiva. Otra opción quirúrgica utiliza perlas magnéticas para tensar el EEI.

¿Qué cambios puedo hacer para prevenir la ERGE y la RPL?

En el caso de los adultos, puede tomar ciertas medidas para reducir o prevenir las apariciones de la ERGE y la RPL, entre ellas:

  • Perder peso.
  • Disminuir o dejar de fumar productos del tabaco.
  • Limitar o evitar el alcohol.
  • Utilizar ropa más holgada alrededor de la cintura.
  • Comer tres o cuatro comidas pequeñas al día, en lugar de dos o tres grandes, y comer despacio.
  • Evitar comer y beber entre dos y tres horas antes de acostarse.
  • Limitar los alimentos problemáticos, como la cafeína, las bebidas gaseosas, el chocolate, la menta, los tomates, los cítricos, los alimentos grasos y fritos, y/o los alimentos picantes.

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