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  • 24 de mayo de 2012
  • Por el Dr. James Pendleton, colaborador de Psychotropic News

Se cree que la mayoría de las clases de medicamentos antidepresivos, incluidos los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), requieren 2 o más semanas de uso antes de que los efectos terapéuticos sean notables. Las directrices de consumo de un fármaco como Celexa (citalopram) aconsejan claramente a los pacientes que no esperen beneficios inmediatos, sino que continúen tomando la medicación tal como se les ha prescrito. Sin embargo, un estudio reciente ha puesto en duda la idea de que los ISRS tardan realmente semanas en alcanzar niveles terapéuticos. Si los resultados se confirman con experimentos posteriores, nuestra comprensión de estos medicamentos mejorará enormemente. La observación del mecanismo neuroquímico que subyace a los ISRS específicos conducirá naturalmente a pautas de prescripción más beneficiosas y a mejores resultados para los pacientes.

En un estudio sobre el ISRS Celexa, se administró a 26 participantes una dosis única del fármaco o una dosis de placebo, una inofensiva píldora de azúcar. Ninguno de los participantes tenía depresión, hecho que permitió a los investigadores estudiar respuestas fisiológicas específicas sin interferencias. Tres horas más tarde, se mostró a los participantes imágenes de rostros asustados mientras se medía la actividad cerebral de su amígdala mediante resonancia magnética. Los psiquiatras han teorizado que la hiperactividad de la amígdala es un efecto medible de la depresión que sitúa al individuo en un estado constante de ansiedad elevada. En el estudio con una sola dosis de Celexa, los participantes a los que se les administró la medicación mostraron una respuesta apagada en su amígdala al ver caras asustadas o ansiosas. Los investigadores observaron un aumento de la actividad de la amígdala en los que recibieron placebo. Estos resultados demuestran que los efectos potencialmente terapéuticos comienzan tan pronto como unas horas después de la primera dosis de Celexa, y por extensión de cualquier ISRS. Curiosamente, ninguno de los participantes informó de un cambio en el estado de ánimo o de efectos secundarios inusuales. Los autores del estudio teorizan que la acción sobre la amígdala tiene tanto beneficios inmediatos a nivel inconsciente como efectos a más largo plazo sobre la ansiedad.

La depresión suele describirse como una constelación de síntomas y efectos. Debido a sus múltiples manifestaciones, la enfermedad está muy lejos de ser comprendida en su totalidad. Actualmente no existe un tratamiento infalible y único para la depresión. La investigación sobre medicamentos antidepresivos como Celexa nos ayuda a identificar lo que ocurre en el cerebro deprimido. Con ese conocimiento, podemos diseñar medicamentos más eficaces en el futuro. El estudio en cuestión, por ejemplo, destaca la posibilidad de que los efectos beneficiosos de Celexa comiencen en la amígdala, el centro del miedo primitivo del cerebro. Y lo que es más importante, estos efectos comienzan casi inmediatamente, en contra de lo que se suponía anteriormente.

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