Hablar con los bebés no sólo sirve para desarrollar el vocabulario, sino que también fomenta el desarrollo de las habilidades cognitivas y socioemocionales, ahora y en el futuro de tu bebé. Tuning In, la encuesta nacional para padres de ZERO TOTHREE, demostró que muchos padres no son conscientes de los enormes beneficios de hablar con los bebés durante el primer año de vida. He aquí cinco maneras de fomentar las habilidades lingüísticas desde el nacimiento:
Habla a los bebés en su idioma: ¡el parentesco!
El parentesco es el tono de voz agudo, las frases sencillas y las vocales alargadas («hiiii, bayyybeeee!») que los adultos tienden a utilizar automáticamente con los bebés pequeños. Las investigaciones han descubierto que los bebés prefieren este tipo de habla a la típica de los adultos, quizá porque los sonidos exagerados les ayudan a aprender los sonidos de su lengua materna. Es importante saber que el parentesis y el «babytalk» son muy diferentes. El parentesis utiliza el lenguaje real y lo exagera («mira el perro» puede convertirse en «¡Mira! ¡Perro!»). El baby talk es una combinación de sílabas sin sentido («goo goo ga ga») que no engancha a los bebés de la misma manera, ni ofrece los mismos beneficios lingüísticos. La buena noticia es que no tienes que «aprender» parentesis, ya que parece que estamos predispuestos a hablar así a los bebés.
Responde y pon palabras a los gestos, miradas y sonidos de tu bebé.
Cuando tu bebé levante los brazos hacia ti, dile «¡quieres que te coja!». Cuando arrulle, devuélvele el gesto. Cuando te mire, haz contacto visual y habla con él. Estas respuestas inmediatas y sensibles le dicen a tu bebé que sus comunicaciones son importantes y efectivas, lo que le motiva a seguir comunicándose.
Haz que sea una conversación, no una calle de un solo sentido.
Asegúrate de hacer una pausa cuando hables con tu pequeño para darle la oportunidad de responder. Haz preguntas (sí, incluso con un bebé), como «¿Qué libro deberíamos leer?» mientras sostienes dos libros, y observa cómo responde: «Estás viendo el cuento del oso, ¡leamos ese!». Los bebés empiezan a participar en interacciones de ida y vuelta a partir de los 3 meses. Esto significa que empiezan a esperar las pausas y a responder con balbuceos, arrullos, sonrisas o incluso movimientos corporales como dar patadas o extender los brazos. Hacer una pausa durante las interacciones y mirar con expectación al bebé le permite saber cuándo es su turno de «hablar» y le enseña el vaivén de la comunicación.
Narrar lo que haces mientras realizas tus rutinas diarias.
Las investigaciones demuestran que el número de palabras que escuchan los niños y la calidad del lenguaje (habla rica y descriptiva) en los tres primeros años se asocian con vocabularios más amplios a los 4 años. Las investigaciones también demuestran que una de las mejores maneras de que los niños aprendan el lenguaje es hablar de lo que se está haciendo mientras se realizan las rutinas diarias. Este tipo de lenguaje ayuda a los niños a relacionar las palabras con los objetos y las acciones. «Estoy poniendo tus calcetines en tu cómoda alta. Te encantan tus calcetines suaves y esponjosos». O, «Aquí vamos a la bañera. ¡Tus brazos, piernas y barriga se están mojando con el agua! El patito de goma también se está bañando». Mientras conduces, habla de lo que ves por la ventanilla.
Lee, lee y lee un poco más.
Un gran número de investigaciones demuestra que leer con tu bebé ayuda a desarrollar fuertes habilidades lingüísticas en el futuro. Acurrúquense juntos para pasar un rato tranquilo con un libro, tanto si es la hora de dormir como si estáis esperando el autobús. Anima a tu bebé mayor a pasar las páginas y a señalar lo que ve. Hazle preguntas sobre los dibujos o comprueba si tu hijo quiere contarte la historia él mismo. Los estudios demuestran que los lectores de toda la vida son aquellos que, cuando eran niños, simplemente encontraban la lectura como una experiencia placentera.