Investigadores son pioneros en un innovador estudio del cerebro que arroja luz sobre el funcionamiento de la parte de la amígdala del cerebro y podría contribuir a una mejor comprensión del trastorno de estrés postraumático, la ansiedad, la depresión y la enfermedad de Alzheimer.
Se cree que afecciones como el trastorno de estrés postraumático, la ansiedad y la depresión están relacionadas con el funcionamiento anormal de la amígdala, que se encuentra dentro de los lóbulos temporales y desempeña un papel clave en el procesamiento de las emociones, las acciones y la cognición.
«Este novedoso trabajo de investigación aporta pruebas anatómicas y fisiológicas de la existencia de una vía inhibitoria de largo alcance desde el córtex auditivo hasta la amígdala en el cerebro de los ratones», dijo Alfonso Apicella, autor correspondiente. «Por primera vez, en nuestro trabajo mostramos esta vía emocional».
Apicella explicó que los avances en las técnicas de etiquetado de células neuronales individuales hicieron posible el estudio de las neuronas individuales que se extienden desde la corteza auditiva hasta la amígdala.
Agregó que las neuronas corticales inhibitorias pueden alterar la actividad de las neuronas principales de la amígdala y, por tanto, pueden controlar directamente la salida de la amígdala. Las neuronas contienen una sustancia llamada somatostatina, y ésta regula las funciones fisiológicas y forma una conexión con las neuronas principales que se proyectan a otras regiones del cerebro fuera de la amígdala que están implicadas en el miedo y el comportamiento aversivo.
«El descubrimiento de que la amígdala recibe entradas tanto excitatorias como inhibitorias de esa corteza sugiere que el momento y la fuerza relativa de estas entradas pueden afectar a la actividad de la amígdala», dijo Acipella.
Apicella y su equipo de investigación señalaron que en futuros experimentos deberán examinar si se trata de un mecanismo general por el que los estímulos sensoriales pueden influir en los procesos controlados por la amígdala, como el comportamiento de miedo/aversión, y cómo la alteración de esta vía puede provocar varios trastornos neurológicos y psiquiátricos, como el Alzheimer, la ansiedad, la depresión y el TEPT.
La investigación relacionada con este tema continuará en el laboratorio de Apicella. Su grupo de investigación estudia las bases neuronales de la percepción. Más concretamente, los investigadores quieren entender cómo los microcircuitos corticales procesan la información sensorial que conduce a los resultados del comportamiento.
Referencia
Bertero et al. (2019) A Non-Canonical Cortico-Amygdala Inhibitory Loop. Journal of Neuroscience. DOI: https://doi.org/10.1523/JNEUROSCI.1515-19.2019
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