La educación retrasada: Empezar la universidad a los veintitantos

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Educación retrasada

Tendemos a escribir pensando en los estudiantes universitarios y en los recién graduados de la universidad, dada nuestra plétora de artículos sobre cómo sacar el máximo partido a la universidad, cómo sobrevivir a los exámenes finales y qué hacer después de la graduación. Pero ¿qué pasa con aquellos que tomaron un camino diferente después de la escuela secundaria?

Aunque el número de personas que se matriculan en la universidad es cada vez mayor, casi el 34 por ciento de los graduados de la escuela secundaria en los Estados Unidos en 2012 tomó la decisión de renunciar a la educación adicional, según la Oficina de Estadísticas Laborales. No cabe duda de que es posible tener éxito sin un título en su haber, tanto si su definición de éxito se mide en dinero, en kilómetros recorridos o en personas con las que se ha hecho amistad. Sin embargo, las estadísticas revelan una serie de beneficios al ponerse manos a la obra y perseguir ese título, entre los que se incluyen mayores ingresos, mejor salud y estabilidad laboral.

Independientemente de que tengas 20, 29 o más años, nunca es demasiado tarde para probar la universidad. Pero si nunca has rellenado una solicitud de ingreso a la universidad o te has presentado a un examen de compás, ¿cómo puedes empezar?

El primer paso, en mi opinión, es iniciar una conversación con un asesor financiero. La universidad es cara y las becas son escasas, pero si realmente quieres cursar estudios superiores, no dejes que el precio te asuste. Hay muchas opciones para reducir los costes de la matrícula, como la ayuda financiera o ir a un colegio comunitario durante los dos primeros años. Un asesor puede ayudarte a encontrar la mejor opción para tu situación individual.

Una vez que tengas una idea de cómo vas a pagar la universidad, tu siguiente parada debería ser reunirte con un asesor académico. Los asesores están ahí para guiar a los estudiantes a través de sus estudios, así como para ofrecer información a los futuros estudiantes. Averigua todo lo que puedas sobre el programa, incluidos los requisitos de la carrera, las perspectivas profesionales, las becas y los subsidios. Tener expectativas realistas sobre la universidad es clave, independientemente de tu edad.

A continuación, decide cómo vas a participar en tu educación. Algunas de las experiencias más importantes en la universidad ocurren fuera del aula. Si tienes 25 años y acabas de empezar la universidad, probablemente estarás menos interesado en la vida griega y en las fiestas de las fraternidades que tus compañeros de 18 años, y puede que te resulte difícil relacionarte con algunos de los estudiantes de las organizaciones estudiantiles. Por lo tanto, querrás encontrar otras formas de obtener experiencias extracurriculares. Recomiendo las prácticas, el trabajo a tiempo parcial y el voluntariado en tu campo.

Mi último consejo se aplica a cualquier objetivo que tengas en la vida, ya sea estar más sano, ahorrar dinero o ampliar tu educación: simplemente ve a por ello. Prepara tus materiales de solicitud, haz que otros corrijan tus ensayos de ingreso y envía tu solicitud con tiempo. Es demasiado fácil poner la excusa de que eres demasiado viejo o que has perdido la oportunidad, pero nunca es demasiado tarde para aprovechar lo que quieres de la vida. Como escribió Charles Dickens, «La procrastinación es el ladrón del tiempo»

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