Las crisis ocurren: 7 formas saludables de responder

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Nada puede hacer que un padre se sienta más impotente que un niño con TDAH en modo de crisis. Las lágrimas, la irracionalidad, las extremidades agitadas… No, no estoy hablando del padre, sino del niño.

Cuando un niño se derrumba en público, los padres se sienten fracasados: deberíamos ser capaces de controlar a nuestro hijo, ¿no? Vemos el juicio en los ojos de otros padres, y nos molestan las sugerencias «útiles» del transeúnte que tiene buenas intenciones pero que no sabe un ápice sobre el trastorno por déficit de atención (TDAH o ADD).

Mantenga la cabeza y la perspectiva. A menudo los niños con TDAH son impulsivos y no pueden regular su comportamiento. Las crisis no dicen nada sobre su capacidad de crianza, pero sí reflejan la naturaleza del TDAH. Entonces, ¿qué hacer cuando tu hijo tiene una rabieta por TDAH en unos grandes almacenes o en la mesa de la cocina? Ármate de soluciones rápidas. Le ofrezco mis siete favoritas.

Manejar una rabieta por TDAH

  1. Acuerde un plan
    Antes de ir a la tienda de comestibles o a la sala de videojuegos, pregúntele a su hijo con TDAH qué le calmaría si se enfada. Si tiene un episodio, usted tendrá un plan porque su hijo se lo ha entregado. El hecho de que lo asuma como propio debería garantizarle que cooperará con su aplicación.
  2. Reconozca su angustia
    Hágale saber que entiende por lo que está pasando. Con voz tranquila, dígale a su hijo: «Sé que estás decepcionado porque no has encontrado el juguete que querías» o «Sé que estás enfadado porque tus amigos no te han invitado a jugar». A continuación, pídale a su hijo que califique su decepción o su enfado en una escala del 1 al 10. Esto le da una idea de la gravedad del problema, sin tener que regañar o repetir lo que usted dice.
  3. Ponga el listón
    Explíquele que el reloj está en marcha. Puede decirle: «Vamos a ver lo rápido que puedes calmarte, para que podamos seguir con el resto del día» o «Aunque estés enfadado, tienes que controlarte, para que podamos seguir comprando».
  4. Apague la emoción
    Pida a su hijo que imagine que hay una vela pintada en la palma de su mano. Luego pídale que sostenga su mano con la palma hacia su cara, y pídale que apague la llama imaginaria. La respiración profunda calma a los niños descontrolados. Una alternativa: Guarde uno o dos globos en su bolso y pídale que los infle.
  5. Péguele un puñetazo
    Si está en casa durante una crisis, pídale a su hijo que le dé un puñetazo a una almohada, un cojín u otro objeto blando y seguro. Las peleas de almohadas, arrancar periódicos o apretar una pelota pueden cortocircuitar una crisis nerviosa.
  6. Presione el botón correcto
    Haga que su hijo imagine que tiene un mando a distancia en la mano. Pídale que apriete el botón que apaga sus emociones.
  7. Pida ayuda
    Si su hijo tiene crisis frecuentes que no responden a las intervenciones, no espere hasta que no pueda más. Trabaje con un profesional de TDAH, para mejorar las posibilidades de evitarlos.

Actualizado el 4 de enero de 2021

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