Las mejores bebidas para los atletas comprometidos
Agua: La buena y vieja H2O puede estar bien para aquellos que hacen ejercicio a baja intensidad, o de corta duración (menos de 45 minutos). La cantidad necesaria dependerá de cada persona, pero en general sus necesidades de líquido pueden calcularse pesándose antes y después del ejercicio: cada kilo perdido equivale a 1 litro de líquido.
Bebidas deportivas: Una colorida combinación de carbohidratos, electrolitos y agua, las bebidas deportivas son ideales para alimentar los músculos y rehidratar. Pero se ha pensado mucho más en el sabor de las bebidas deportivas de lo que se cree. Las investigaciones han demostrado que la ingesta de líquidos aumenta con el sabor añadido, en comparación con el agua simple, por lo que cuanto mejor sea el sabor, más beberá.
Zumo: Los zumos contienen hidratos de carbono, una importante fuente de energía para nuestros músculos y cerebros, por lo que pueden disfrutarse junto a un desayuno de recuperación después de una agotadora sesión de entrenamiento.
Leche: Aunque puede ser la opción menos atractiva durante una sesión de entrenamiento, la composición de la leche la convierte en una bebida ideal para después del ejercicio, ya que es una fuente compacta de proteínas de buena calidad, hidratos de carbono y electrolitos. Esto se demostró en un estudio reciente que demostró que la leche entera, la leche de soja y un sustituto de la comida láctea eran eficaces para reponer los líquidos perdidos después de la actividad. Además, el contenido de carbohidratos de la leche es ideal para maximizar la reposición de glucógeno.
Batidos o batidos: Así que sabemos que la leche es útil, pero después de una intensa sesión de entrenamiento, añadir un poco de proteína en polvo y/o una pieza de fruta para hacer un batido puede ser una forma sencilla y sabrosa de aumentar el contenido de carbohidratos y proteínas.
¿Y qué hay de los que hay que evitar?
En general, no se recomiendan los refrescos con gas durante o después de las sesiones de entrenamiento, ya que las burbujas pueden provocar molestias gastrointestinales.
El alcohol es un depresor, por lo que ralentiza la actividad del sistema nervioso central, afectando a la concentración y al rendimiento. Aunque el alcohol no se suele consumir antes o durante el ejercicio, las borracheras a lo largo de la semana o durante el fin de semana pueden afectar negativamente al rendimiento deportivo.
Para más información, consulte:
Hoja informativa de la SDA sobre bebidas deportivas
Hoja informativa de la SDA sobre líquidos en el deporte