LAS NEUROPATÍAS DIABÉTICAS: TIPOS, DIAGNÓSTICO Y MANEJO | Journal of Neurology, Neurosurgery & Psychiatry

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CLASIFICACIÓN DE LAS NEUROPATÍAS DIABÉTICAS

Basado en una modificación de la clasificación propuesta por PK Thomas, se pueden identificar varios síndromes distintos (tabla 2).

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Tabla 2

Clasificación de las neuropatías diabéticas

Neuropatía hiperglucémica

Parestesia de hormigueo, dolor o hiperestesia en los pies se han descrito durante mucho tiempo en pacientes con DM recién diagnosticada o con un control glucémico muy deficiente, siendo éste el fenómeno de la neuropatía hiperglucémica. Los síntomas y la ralentización de la conducción nerviosa se revierten rápidamente al mejorar el control de la glucosa.

Polineuropatía diabética distal simétrica con neuropatía autonómica

Esta es la neuropatía diabética más común y se caracteriza por una distribución distal de los síntomas y signos sensoriales y motores relacionada con la longitud. Dado que la afectación autonómica se da en muchos pacientes con polineuropatía diabética distal simétrica (PDSD), y forma una parte importante del complejo clínico, es mejor que ambas se consideren conjuntamente.

Es muy probable que cuando se diagnostique la PDSD, el paciente con diabetes tipo 1 o tipo 2 haya tenido un período prolongado (a veces durante años) de metabolismo anormal de la glucosa. Este es particularmente el caso de aquellos con DM tipo 2 que tienden a ser «descubiertos» como diabéticos al presentarse con síntomas y signos de una neuropatía. También cabe recordar que es habitual encontrar evidencias de retinopatía o nefropatía en cualquier caso de DSDP, ya sea recién diagnosticado o establecido desde hace tiempo.

Algunos pacientes con DSDP no presentan síntomas, pero la queja más común es la de sensaciones de hormigueo, zumbido o pinchazos que afectan a los pies, que también pueden sentirse tensos o calientes o fríos. Los síntomas son a menudo, pero no exclusivamente, simétricos en su distribución. El paciente puede quejarse de entumecimiento o «como si mis pies estuvieran envueltos en algodón». Los dolores en los pies suelen empeorar por la noche, aunque este fenómeno no es exclusivo de la DSDP.

Signos clínicos

El signo cardinal es la ausencia de reflejos en el tobillo (tabla 3). Sin esto, es difícil hacer un diagnóstico de DSDP. La pérdida de los reflejos de la rodilla se produce en unos dos tercios de los casos, pero la pérdida de cualquier reflejo de las extremidades superiores se produce sólo en una cuarta parte de los pacientes con DSDP. La debilidad muscular suele ser leve y se limita a los pies, principalmente en la distribución del nervio peroneo común y afecta de forma más evidente al extensor del dedo gordo y al extensor del dedo gordo corto en comparación con la dorsiflexión y la eversión. Puede observarse debilidad proximal en las piernas, pero esto, junto con la presencia de una debilidad significativa en las extremidades superiores, debe hacer sospechar un diagnóstico alternativo y sólo después de que las investigaciones apropiadas sean negativas puede hacerse el diagnóstico de DSDP en estos casos.

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Tabla 3

Evaluación clínica en la polineuropatía distal simétrica diabética (PDDS)

Las alteraciones sensoriales son muy frecuentes. El sentido de la vibración en los dedos de los pies es el más frecuentemente afectado. Las sensaciones de pinchazo, temperatura y tacto ligero se pierden en una distribución de calcetines o medias, y si hay pérdida sensorial de las extremidades superiores en una distribución de guantes, el nivel de afectación en las piernas tiene que haber alcanzado la mitad del muslo. Si no es así, hay que buscar otra explicación para la pérdida sensorial de las extremidades superiores. La prueba de la sensación de dolor profundo puede realizarse aplicando presión sobre la uña del dedo gordo del pie con el mango del martillo de rótula. Cualquier pérdida sensorial pone al pie diabético en riesgo de ulceración. Basándose en la pérdida relativa de las modalidades sensoriales, se puede dividir arbitrariamente la neuropatía en «tipo de fibra grande» (pérdida predominante de los sentidos de vibración, tacto ligero y posición articular) y «tipo de fibra pequeña» (pérdida predominante del dolor y la temperatura), pero estos subgrupos son poco frecuentes y representan ambos extremos del continuo de la DSDP.

En los casos más graves, la pérdida sensorial puede extenderse hasta implicar al tronco, afectando inicialmente a la pared torácica/abdominal anterior en una distribución en forma de «coraza», y puede extenderse lateralmente alrededor del tronco.

La neuropatía autonómica sintomática clínicamente significativa es relativamente infrecuente, pero se dice que las pruebas específicas de función autonómica muestran una anomalía en el 97% de los pacientes con DSDP. Si hay una neuropatía autonómica prominente pero sólo una DSDP muy leve o no hay polineuropatía distal en un paciente con diabetes, piense en otra causa de alteración autonómica.

¿Qué debe considerarse en un diagnóstico diferencial?

Aunque la diabetes es una condición común, existe la posibilidad de que haya otra causa para la neuropatía distal. Una buena anamnesis (alcohol, antecedentes familiares de neuropatía, antecedentes farmacológicos, etc.) y unos cuantos análisis de sangre básicos (tabla 4) deberían ser suficientes para asegurar el diagnóstico de DSDP.

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Tabla 4

Análisis de sangre en un paciente con DSDP

¿Qué características atípicas podrían sugerir una neuropatía alternativa o adicional?

  1. Neuropatía autonómica severa con DSDP leve: Hay que tener en cuenta la neuropatía amiloide que puede producir una neuropatía de fibras pequeñas con dolores espontáneos, pero en la que los rasgos autonómicos son prominentes. Las características clínicas de la amiloidosis familiar y no familiar serán muy similares

  2. Componente motor rápidamente progresivo: Cuando hay una debilidad prominente, hay que considerar la posibilidad de una polineuropatía desmielinizante crónica (CIDP) superpuesta. Existen pruebas de que la polineuropatía desmielinizante crónica puede ser más común en pacientes con diabetes que en la población general. Los estudios de conducción nerviosa pueden ser útiles. Las proteínas del LCR estarán elevadas tanto en la CIDP como en la DSPD, pero la presencia de bandas oligoclonales apuntarían a la CIDP.

Variantes dolorosas de la DSDP

Aunque no está claro si alguno de los dos síndromes que se describen a continuación son entidades distintas o simplemente forman parte del espectro de la DSDP dolorosa, es valioso conocer su existencia.

Neuritis insulínica

Se puede observar una neuropatía sensorial dolorosa grave en relación con el endurecimiento del control de la glucosa. Esto puede observarse cuando se intenta mejorar el control de la glucosa en un paciente ya establecido en la insulina, o en pacientes que se inician en la insulina por primera vez. El dolor suele ser difícil de controlar y, al igual que ocurre con otros síndromes de neuropatía diabética dolorosa, es peor por la noche. No es raro que los signos clínicos sean mínimos o incluso estén ausentes. Los estudios de conducción nerviosa pueden ser normales.

En un período de hasta 12 meses, la recuperación es habitual.

Neuropatía dolorosa aguda con pérdida de peso grave

Originalmente denominada «caquexia neuropática diabética», esta afección poco frecuente se da predominantemente en pacientes varones con diabetes tipo 1 mal controlada. Las mujeres que intentan controlar su diabetes dejando de comer y se vuelven anoréxicas también desarrollan una neuropatía dolorosa similar. La pérdida de peso pronunciada es la característica principal. El dolor distal de las extremidades inferiores es intenso, con ardor y tensión en los pies. La depresión no es infrecuente.

La pérdida de peso es drástica, y cuando el peso corporal se estabiliza -generalmente tras un periodo de mejora del control de la glucosa con insulina- el dolor empieza a remitir. Pueden pasar hasta 12 meses para que se produzca la mejoría y uno o dos años más para que el peso corporal vuelva a ser normal y para que el dolor desaparezca por completo.

Resumen

El desarrollo de DSDP es más común con la diabetes de larga duración, siendo varones y altos. Suele asociarse, si no invariablemente, a retinopatía y/o nefropatía. En un paciente con DM que ha desarrollado síntomas y signos de una polineuropatía distal, hay que comprobar los análisis de sangre indicados en la tabla 4, y si todos ellos son normales, el diagnóstico de DPDS es seguro. Los estudios de conducción nerviosa añaden poco.

Cuando hay características clínicas atípicas se requerirán más investigaciones, incluyendo estudios de conducción nerviosa, y también se puede considerar una biopsia de nervio (y músculo) (tabla 5).

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Tabla 5

¿Cuándo deben solicitarse estudios de conducción nerviosa, y considerarse una biopsia nerviosa, en un diabético con una polineuropatía distal?

Etiología

Todavía queda camino por recorrer antes de poder reunir una hipótesis unificadora para la patogénesis de la PDSD. A partir de la neuropatía diabética experimental, se ha encontrado una amplia gama de cambios metabólicos con algunos factores interconectados (tabla 6). El hecho de que ninguna de estas alteraciones metabólicas haya reproducido los cambios patológicos observados en la DSDP humana, ha promovido la búsqueda de una etiología vascular.

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Tabla 6

Patogénesis de la polineuropatía distal simétrica diabética (PDDS)

Muchas preguntas siguen sin respuesta, en particular las relacionadas con la forma en que los cambios metabólicos dentro del nervio de un paciente diabético podrían predisponerlo a la lesión vascular. Cuando estemos más cerca de encontrar la respuesta, podrá comenzar la búsqueda de tratamientos eficaces más específicos.

Tratamiento

El control estricto de la glucosa desde el momento del diagnóstico de la DM es el aspecto más importante del tratamiento. Esto se ha demostrado claramente en la DM de tipo I, en la que un control glucémico estricto reduce el riesgo de desarrollar DSDP en un 69% a los cinco años. Todavía no se ha demostrado lo mismo en el caso de la DM de tipo 2, pero cabe sospechar resultados similares. Una vez establecida, la DSDP es irreversible y lentamente progresiva. En esta fase, el control estricto de la glucosa no proporciona ninguna mejora clínicamente significativa desde la perspectiva del paciente, a pesar de la modesta mejora en el umbral de vibración y en los estudios de conducción nerviosa.

A partir de los estudios de investigación que identificaron las anomalías metabólicas, se han investigado diversos tratamientos potenciales -por ejemplo, los inhibidores de la aldosa reductasa, los suplementos de mio-inositol, el ácido α-lipoico y la administración del factor de crecimiento nervioso- pero ninguno ha tenido un impacto suficiente en la DSDP como para ser aprobado como tratamiento específico a largo plazo. El trasplante de páncreas es realmente beneficioso sólo en aquellos que tienen una insuficiencia renal avanzada y podrían someterse a un trasplante combinado de riñón y páncreas, a pesar de que los estudios han demostrado que el trasplante de páncreas puede detener la progresión de la DSDP.

El tratamiento del dolor asociado a la DSDP ha recibido una atención considerable en la última década, pero sigue siendo uno de los aspectos más difíciles del manejo, ya que no existe un único tratamiento eficaz. La lista de fármacos aprobados es cada vez mayor, pero a menudo se basa en pruebas de ensayos a corto plazo; por ejemplo, el ácido α-lipoico intravenoso, cuyo uso para el DSPD doloroso se ha autorizado en Alemania, pero no en el Reino Unido.

Con tal variedad de fármacos disponibles, la mejor manera de abordar el tratamiento del dolor en el DSPD es tener una secuencia de fármacos de elección preferida (a menudo dictada por la experiencia personal) y, cuando sea posible, ceñirse a la monoterapia (tabla 7). Aunque el uso de opiáceos suele estar mal visto, tienen una función cuando los antidepresivos y los anticonvulsivos han fracasado o sólo han proporcionado un control modesto del dolor. El tramadol (hasta 400 mg/día) es el mejor opiáceo para empezar, y en determinadas circunstancias puede ser necesaria la morfina.

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Tabla 7

Tratamiento del DSDP doloroso

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