Hoy en día el dálmata es la mascota del parque de bomberos, pero en la época de los carros y camiones de bomberos tirados por caballos prestaban un valioso servicio. Los dálmatas y los caballos son muy compatibles, por lo que los perros fueron entrenados fácilmente para correr delante de los motores para ayudar a despejar el camino y guiar a los caballos y a los bomberos a los incendios rápidamente. Todavía son elegidos por muchos bomberos como mascotas en honor a su heroísmo en el pasado.

Los dálmatas han sido utilizados a lo largo de la historia para trabajos serios. Han sido centinelas en las fronteras de su tierra natal de Dalmacia y Croacia durante las guerras. Han trabajado como pastores, como perros de tiro, como perros de caza, como perros cobradores y como perros de actuación. Los dálmatas no sólo son inteligentes, sino que también tienen una excelente memoria. Su velocidad, resistencia y falta de miedo a los caballos, les permitió convertirse en magníficos perros de tiro para los caballos y las máquinas.

Los dálmatas conocidos por primera vez como «perros de tiro» se utilizaron por primera vez en los siglos XVII, XVIII y XIX en Inglaterra, Escocia y Gales. Los aristócratas adinerados buscaban este perro de aspecto inusual para utilizarlo en sus carruajes. Son muy físicos, fuertes, musculosos y capaces de correr largas distancias. Corrían al lado del carruaje o justo detrás de la parte trasera de los caballos. Estos llamativos caninos daban un aire de superioridad a los carruajes de los ricos en sus desplazamientos por los pueblos. Los perros eran una parte importante de cualquier establo que albergara equipos de caballos de tiro. Un perro de cuadra tiene un efecto tranquilizador sobre los caballos y hace que se sientan cómodos en sus establos. Se dice que muchos de los perros vivían en los mismos establos que los caballos.

Los caballos son gregarios y sienten la necesidad de tener compañía. Los dálmatas cumplían esta función. Corrían junto a los caballos o bajo el eje de la carroza y seguían el ritmo del equipo hasta 20 o 30 millas por día. Tambien ayudaban a despejar el camino para el equipo y evitar que otros perros interfirieran con los caballos.

Ademas, el robo de caballos era tan comun en esa epoca que los conductores de carruajes y diligencias usaban a los perros como guardias para proteger el equipo y el equipaje en el carruaje.

Los perros fueron usados por primera vez en el servicio de bomberos cuando la mayoria de las compañias de bomberos eran voluntarias o privadas. Había cierta competencia por los servicios. Algunos de los bomberos eran en realidad reclutados no sólo por su fuerza en la lucha contra el fuego sino también por sus habilidades de combate para proteger a la compañía y su equipo. Las compañías de seguros pagaban a la empresa de bomberos que apagaba el fuego, así que la que llegaba al lugar, se conectaba a un hidrante y completaba la tarea, cobraba. Los perros trabajaban bien en esta tarea de proteger no solo a los caballos, sino tambien al equipo en las estaciones y en el terreno de bomberos.

Los primeros bomberos se enorgullecían enormemente de sus compañías. Salían a desfilar por la ciudad en casi cualquier ocasión. El latón pulido y los brillantes esquemas de pintura y el cuero reluciente se mantenían siempre. Al igual que los dálmatas trabajaban con los autocares privados, también lo hacían con las compañías de bomberos. Cuando los dálmatas aparecían con los motores, la gente los miraba igual que a los carruajes en Inglaterra.

El fin de la era de los dálmatas como perros entrenadores para los cuerpos de bomberos se produjo con la llegada e introducción de los coches motorizados y los camiones de bomberos. Sin embargo, todavía están de servicio en muchas estaciones de bomberos hoy en día actuando como compañeros de los bomberos y como perros guardianes de la protección del equipo.

Los dálmatas no sólo tienen manchas en su pelaje,

sino también en sus lenguas y patas.