Magnetismo remanente, también llamado Paleomagnetismo, o Paleomagnetismo, el magnetismo permanente en las rocas, resultante de la orientación del campo magnético terrestre en el momento de la formación de las rocas en una era geológica pasada. Es la fuente de información para los estudios paleomagnéticos sobre el desplazamiento polar y la deriva continental. El magnetismo remanente puede derivar de varios procesos naturales, generalmente denominados magnetismo remanente natural, siendo el más importante el magnetismo termo-remanente. Este surge cuando los minerales magnéticos que se forman en las rocas ígneas se enfrían a través del punto de Curie y cuando los dominios magnéticos dentro de los minerales individuales se alinean con el campo magnético de la Tierra, haciendo así un registro permanente de su orientación.
Un segundo mecanismo opera cuando pequeños granos de minerales magnéticos se asientan en una matriz sedimentaria, produciendo magnetismo remanente detrítico. La hipótesis es que los pequeños granos se orientan en la dirección del campo magnético de la Tierra durante la deposición y antes de la consolidación final de la roca. El magnetismo así introducido parece persistir a través de la posterior alteración y compactación de la roca, aunque los detalles de estos procesos no han sido completamente estudiados.
Las rocas pueden adquirir magnetismo remanente al menos de otras dos maneras: (1) las rocas compuestas por minerales no magnéticos pueden ser alteradas químicamente para dar lugar a minerales magnéticos, y estos minerales recién formados adquirirán magnetismo remanente en presencia del campo magnético de la Tierra; y (2) las rocas ígneas ya enfriadas pueden adquirir finalmente magnetismo remanente mediante un proceso denominado magnetización viscosa. La diferencia entre estos diversos tipos de magnetismo remanente puede determinarse y, por tanto, puede interpretarse la historia magnética de una roca concreta.