«Le dije: ‘Hamp, ¿qué ha pasado?’ ‘Bueno’, dijo, ‘las cosas cambian’. »

El presidente de la UGA, Charles Knapp, dijo que Holmes se reconcilió con la universidad hace unos 10 años, cuando ayudó a establecer la serie de conferencias Holmes-Hunter y comenzó a servir como administrador de la Fundación UGA. Su hijo Hamilton «Chip» Holmes Jr. se matriculó más tarde y se graduó en la universidad.

Knapp recordó una emotiva velada en el campus el verano pasado cuando el mayor de los Holmes habló a un grupo de estudiantes sobre sus experiencias. «Casi lloraba, no de rabia, sino de una especie de nostalgia».

Holmes y Charlayne Hunter, ambas de la clase del 59 del instituto Turner de Atlanta, fueron elegidas por su papel histórico por los abogados locales de la NAACP. Guapos, brillantes y bien vestidos, fueron considerados «un reparto perfecto», escribió Calvin Trillin en «An Education in Georgia».

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Holmes también tenía pedigrí. Su abuelo, el doctor Hamilton Mayo Holmes, había sido un destacado médico negro de Atlanta y un modelo a seguir. Su padre, Alfred «Tup» Holmes, fue un empresario que ganó un caso ante el Tribunal Supremo de EE.UU. para eliminar la segregación en los campos de golf públicos de Atlanta en 1956, uno de los cuales lleva su nombre. Su madre, campeona de tenis, procedía de una prominente familia involucrada en el Instituto Tuskegee de Alabama.

«Doc era un príncipe de los caballeros», dijo el presidente del Ayuntamiento de Atlanta, Marvin Arrington, sobre su amigo de toda la vida y compañero de instituto. «Era el hombre más inteligente que he conocido en mi vida».

Elegido Phi Beta Kappa en la UGA, «le sacaba punta a la curva», dijo Knapp sobre Holmes.