Un estudio reciente de The Journal of Pain descubrió que beber cerveza, además de darte un agradable zumbido, puede hacerte sentir menos dolor físico. El autor del estudio, el doctor Trevor Thompson, declaró a The Sun que el alcohol podría incluso «compararse con los fármacos opiáceos, como la codeína», y que «el efecto es más potente que el paracetamol» (comparable al Tylenol). Según sus conclusiones, beber dos cervezas es más eficaz para aliviar el dolor que tomar analgésicos.
Para su investigación, los científicos -de la Universidad londinense de Greenwich- realizaron un total de 18 experimentos en los que 404 participantes recibieron una bebida alcohólica o no alcohólica. A continuación, el equipo administró 13 pruebas de umbral del dolor, así como 9 clasificaciones de la intensidad del dolor. Lo que descubrieron fue que el alcohol tenía un efecto analgésico significativo, es decir, que reducía mucho el dolor. El punto de inflexión fue un límite legal de alcohol en sangre para conducir de 0,08. Aunque el efecto era claro, el equipo de investigación no pudo determinar si el alivio del dolor se debía a un efecto sobre los receptores del dolor o simplemente a una disminución de la ansiedad, que podría reducir la percepción del dolor. Independientemente de cómo funcione exactamente la cerveza para aliviar el dolor, los investigadores observaron que las personas que padecen dolor crónico tienden a beber más debido a su efecto analgésico.
Aunque unas cuantas copas al día podrían aliviar el dolor, el estudio advierte de que existen numerosos efectos poco saludables que pueden hacer que la cerveza no se convierta en tu analgésico de cabecera (en resumen: mantener el consumo de alcohol bajo control es el camino a seguir). Y como ocurre con cualquier estudio, es probable que se necesite más investigación para confirmar los resultados.