«Querido Señor, hoy vengo a ti con un corazón pesado. Tú conoces mi dolor de corazón, mis cuidados, mis preocupaciones y todo lo que me agobia. Te agradezco que eres un Padre amoroso y atento. Hoy te pido que me des la fuerza para renunciar al control de mis sentimientos y de todas mis cargas. Ahora elijo entregártelas a ti. Tú has dicho en tu Palabra que conoces cada pequeño detalle de mi vida y todo lo que me concierne. Ayúdame a creer y a confiar en que tú te ocupas de todas mis preocupaciones.»

«Señor, ayúdame a centrarme en lo que tengo y no en lo que no tengo. Ayúdame a creer que todas las cosas en mi vida están trabajando juntas para el bien de acuerdo con Romanos 8:28. Ahora tomo autoridad sobre cualquier sentimiento demoníaco de tristeza, desesperación y depresión. Te ordeno que los dejes ahora en el nombre de Jesús. Reprendo los sentimientos de soledad, desesperanza y suicidio. Yo hablo de paz sobre mi mente, pensamientos y cuerpo. Dijiste en tu Palabra «Estad quietos y sabed que yo soy Dios». Ayúdame a estar quieto confiando en tu amor y tu poder. Ayúdame a descansar en tu bondad y fidelidad. Señor, ahora elegiré sonreír. No porque me apetezca, sino porque sé que eres un Dios bueno, que te ocupas de todas mis necesidades, que tienes todas las cosas en tu mano y que, de alguna manera, todo esto va a salir bien.»

En el nombre de Jesús te lo pido. amén