Abstract
Se analizó un grupo de pacientes con roturas de retina sin desprendimiento. Se dividieron en un grupo con tratamiento y otro sin tratamiento. El grupo de tratamiento estaba formado por casos que los autores consideraron de alto riesgo para el desarrollo de desprendimiento de retina. La mayoría eran casos de desgarros en herradura tras la aparición de un desprendimiento de vítreo posterior agudo. Aunque se utilizaron varias modalidades en el tratamiento, un enfoque de crioterapia transconjuntival con gotas anestésicas tópicas es el que se utiliza actualmente y fue el más frecuentemente empleado. Cabe destacar que, si bien ningún caso de esta serie desarrolló un desprendimiento debido al tratamiento inadecuado del desgarro original, un cierto número desarrolló nuevos desgarros y desprendimientos. Esto habla de un seguimiento frecuente, especialmente dentro de los tres primeros meses después del tratamiento, para anticiparse a tal ocurrencia. En el grupo no tratado había esencialmente dos tipos de pacientes. Uno era el paciente asintomático en el que se encontraba un desgarro de retina en el examen rutinario y el otro era el paciente sintomático con un agujero redondo con opérculo arrancado. También se produjeron nuevos desgarros y/o desprendimientos en el grupo asintomático (4 de 72 ojos), pero ninguno de los agujeros redondos con opérculos arrancados se desprendió. Las complicaciones del tratamiento estaban relacionadas con la anestesia e incluían reacciones vasovagales y hemorragia retrobulbar. Un caso visto en consulta tenía evidencia de perforación escleral por una sutura de brida e ilustra el peligro inherente a cualquier procedimiento ocular oftálmico. La cuestión del fruncimiento macular (fibrosis prerretiniana) como riesgo elevado del tratamiento no se muestra en este estudio y, de hecho, fue más frecuente en el grupo no tratado que en el tratado; sin embargo, la visión de los pacientes con fruncimiento macular en el grupo tratado fue, en general, menor que la de los no tratados. La hemorragia vítrea recurrente por vasos puente o avulsionados representó un problema importante tras el tratamiento y provocó el único caso de pérdida visual total en este estudio. El tratamiento profiláctico de los desgarros en herradura agudos con tracción vítrea continuada reduce significativamente la incidencia de desprendimientos de retina posteriores. Sea cual sea el método de tratamiento elegido por el cirujano, debe seguir los principios establecidos hace muchos años por Jules Gonin y cerrar completamente el desgarro. Sin embargo, es importante reconocer que en algunos casos puede producirse un nuevo desgarro o desprendimiento que parece estar relacionado con la evolución continua del desprendimiento vítreo posterior o con la adherencia vítreo-retiniana residual más que con una causa del propio tratamiento.