Dimensiones del envejecimiento

La edad y el envejecimiento tienen cuatro dimensiones. La dimensión en la que la mayoría de nosotros pensamos es la edad cronológica, definida como el número de años desde que alguien nació. Una segunda dimensión es el envejecimiento biológico, que se refiere a los cambios físicos que nos «ralentizan» a medida que entramos en la edad media y avanzada. Por ejemplo, nuestras arterias pueden obstruirse o los problemas pulmonares pueden dificultar nuestra respiración. Una tercera dimensión, el envejecimiento psicológico, se refiere a los cambios psicológicos, incluidos los relativos al funcionamiento mental y la personalidad, que se producen a medida que envejecemos. Los gerontólogos subrayan que la edad cronológica no siempre es lo mismo que la edad biológica o psicológica. Algunas personas de 65 años, por ejemplo, pueden parecer y actuar mucho más jóvenes que otras de 50.

La cuarta dimensión del envejecimiento es la social. El envejecimiento social se refiere a los cambios en los roles y las relaciones de una persona, tanto dentro de sus redes de familiares y amigos como en las organizaciones formales, como el lugar de trabajo y las casas de culto. Aunque el envejecimiento social puede variar de un individuo a otro, también está profundamente influenciado por la percepción del envejecimiento que forma parte de la cultura de una sociedad. Si una sociedad ve el envejecimiento de forma positiva, el envejecimiento social experimentado por los individuos de esa sociedad será más positivo y agradable que en una sociedad que ve el envejecimiento de forma negativa. Sin embargo, como veremos, la percepción del envejecimiento en Estados Unidos no es muy positiva, lo que tiene importantes consecuencias para nuestros ciudadanos mayores.