Decirle a alguien que es aburrido es quizá cruel; – peor que decirle que tiene mal aliento, y quizá en la misma liga de decirle que actúa como si tuviera e-n-v-y.
(La mayoría de la gente niega la envidia. La envidia es fea y vergonzosa; no conozco a mucha gente con las suficientes agallas como para admitirla.
La gente no suele decirse ese tipo de verdades; la gente se encoge de hombros ante esas cuestiones, y miente descaradamente, ahorrándose los sentimientos de la otra persona.
¿Cuántas veces hemos oído en las audiciones de America’s Got Talent a alguien que cantaba como un cuervo decir: «todos mis amigos me dijeron que tenía una gran voz»? – Más que suficientes veces. Que alguien, por favor, tenga valor y les diga la verdad!
Pero la gente es pelele para decir la verdad, a ambos lados del espectro: también retenemos los piropos.
Ponemos el caer bien (o simplemente no hacer ruido), por encima de ser íntegros. En realidad, es un acto de amor decir una verdad difícil (tal como la percibimos, podríamos estar equivocados), con amabilidad.
La amabilidad es un gran negocio. La verdad no debe ser entregada de forma cruel, aunque se trate de un déficit de carácter, -siendo totalmente egocéntrico como Barney Stinson en Cómo conocí a vuestra madre, por ejemplo.
Nos quedamos en nuestra zona de confort y privamos a otro de una verdad que podría ayudarle. Nunca de una manera condescendiente, por supuesto, porque eso es perder el punto por completo.
La verdad y la misericordia se encontraron y se besaron. Salmo 85:10 Esa es una combinación encantadora.
La verdad sin misericordia es cruel.
La misericordia sin verdad es inútil.
Pero las dos juntas son poderosas para encender una chispa en cualquiera que tenga el potencial.
Una opinión es tan válida como la integridad y la decencia de la persona que la tiene –
- Uno que está totalmente ensimismado = Un NEGATIVO
- Uno que valora el servicio a los demás y se preocupa y compromete con causas mayores que él mismo= Un POSITIVO
- (Todos los demás; los que están en medio que son simpáticos pero no siempre tan implicados, y tampoco tan simpáticos)
El que está totalmente ensimismado representa un valor NEGATIVO
Seguidme un segundo: si un NEGATIVO da una opinión NEGATIVA de ti, entonces, la multiplicación de esos dos VALORES NEGATIVOS da como resultado un POSITIVO. (Una verdad matemática, tanto en la multiplicación como en la división).
Así que, no te preocupes si alguien que es un NEGATIVO tiene una mala opinión de ti; él/ella siendo un «negativo», hace que su opinión negativa, sea algo positivo para ti, y no hay nada de qué preocuparse.
Conozco algunas personas que, si pensaran cosas buenas de mí, me preocuparía. A estos individuos no les tengo ningún respeto, y sus juicios (sobre cualquier cosa), no significan nada para mí.
Pero hay muchos otros a los que tengo en alta estima; y si ellos, que se han ganado mi respeto, me dijeran algo sobre mi carácter, actitud o comportamiento, puedes apostar que les escucharía.
Si una (persona) POSITIVA da una opinión POSITIVA de ti, entonces, la multiplicación de esos dos positivos da como resultado un POSITIVO también.
Ahora bien, si una persona de valor POSITIVO da una opinión NEGATIVA de ti, entonces debes mirarte bien y honestamente a ti mismo y ver en qué punto lo que esa persona piensa de ti es cierto, y ajustar tu propio pensamiento.
Es posible que estés en posición de recibir consejos de esa persona; si es así, no te enorgullezcas; es por tu propio bien duradero. Ten cuidado y busca un tipo de conocimiento superior al que has tenido hasta ahora. Y si es posible, busca la sabiduría; la más elevada de todas; escurridiza y muy valiosa.
Si necesitas una segunda y tercera opinión, asegúrate de buscarlas en personas del mismo calibre que la primera, de lo contrario sólo estarás buscando validación y no crecerás.
Debemos hacer que las personas en las que confiamos que son sabias y que nos conocen bien, se sientan seguras de acercarse a nosotros para hacernos saber si sienten que hay algo a lo que debemos prestar atención.
Es un raro regalo tener a alguien así en tu vida, que te conoce y en quien puedes confiar que siempre tiene un motivo limpio y tu mejor interés en el corazón. Si los tienes, valóralos; fomentarán tu crecimiento.
Es bueno no tomarnos demasiado en serio a nosotros mismos, y ser flexibles más que duros.