En Francia, y en algunos otros países francófonos, un réveillon es una larga cena, a veces seguida de espectáculos o bailes, que se celebra en las noches que preceden al día de Navidad y al de Año Nuevo. El nombre de esta cena se basa en la palabra réveil (despertar) porque la participación implica permanecer despierto hasta la medianoche y más allá.
Comida
La comida que se consume en los réveillons suele ser lujosa o de carácter excepcional. Por ejemplo, los aperitivos pueden incluir langosta, ostras, escargots o foie gras, etc. El plato principal puede consistir en carne de caza (jabalí, ciervo…) u otro plato especial. Un plato tradicional en los réveillons familiares es el pavo con castañas.
El postre puede consistir en un bûche de Noël (tronco de Navidad), un pastel con forma de tronco, a menudo aromatizado con chocolate, café o castañas, escarchado y decorado. En Provenza, la gran comida se corona tradicionalmente con 13 postres: se sirve una selección de trece dulces diferentes, que casi siempre incluyen: pompe à l’huile (un pan aromatizado), dátiles, turrón, etc.
El vino y el champán que se consumen durante una cena de réveillon suelen ser la mejor selección disponible.
Diferencias
Hay ciertas diferencias tradicionales de carácter entre los réveillons de Navidad y de Año Nuevo.
La Navidad es tradicionalmente una ocasión cristiana, celebrada con un acento en la familia, y esta tradición se ha mantenido incluso entre los no creyentes.
En la víspera de Año Nuevo, o San Silvestre, el réveillon es más bien una fiesta con la familia y/o los amigos. La gente también puede ir a un espectáculo, o cenar en un restaurante asegurándose de reservar con antelación, ya que las cenas del Réveillon son asuntos planificados y elaborados y las mejores mesas se agotan rápidamente. Según la tradición francesa, una comida adecuada en Nochevieja traerá prosperidad al hogar.