Feliz día de la madre a la Reina

Cuando Sasuke era pequeño, uno de sus días favoritos del año era el día de la madre.

Siempre sonreía un poco más ese día, radiante por el amor de su familia.

Tendría unos claveles delicadamente colocados en un jarrón de cristal en el alféizar de la ventana de la cocina.

No se parecía en nada a las elegantes creaciones que hacía con sus suaves manos el resto del año, pero Sasuke haría lo posible por ser ingenioso con sus flores y las de Itachi.

Siempre se sentía tan orgulloso de acompañar a su padre y a su hermano a la floristería Yamanaka y elegir los claveles rojos más impecables para su querida madre.

Una tarjeta hecha a mano acompañaba siempre su ofrenda floral, la escritura mejoraba cada año.

Siempre se esforzaba por permanecer en la cocina un poco más el día de la madre, sin retirarse a su habitación como su padre y su hermano. Sasuke secaba los platos escuchando el tranquilo y melódico tarareo de su madre.

A menudo le robaba miradas a ella, tan hermosa, la más hermosa del mundo, en su opinión. Ella veía su mirada y sonreía y Sasuke estaba completamente seguro de que su opinión era correcta.

Sigue teniendo un clavel, ahora sólo uno. Eligió el más hermoso como siempre, y lo envolvió en el papel que estaba adornado con la elegante escritura de su nombre y de quien era para él. Era difícil con una sola mano en los últimos años, pero tuvo paciencia, queriendo que quedara impecable.

» Okaasan daisuki da yo – Te quiero mamá.

Itsumo arigatou – Gracias por todo.

Itsumo kansha shiteimasu – Siempre te estoy agradecido.

Unos momentos después el clavel y el papel estaban en llamas, ardiendo hacia el cielo, hacia ella.