¿Se disculpa demasiado? En principio, pedir perdón es uno de los pegamentos sociales que fortalecen las relaciones. Sin embargo, disculparse demasiado es negativo. Recuerda que el acto de pedir perdón debe ser significativo. Esto significa que no debe ser un ejercicio continuo y obsesivo, ya que demuestra falta de confianza.
«Perdona que te moleste, pero ¿puedo hacerte una pregunta?» «Perdone, pero ¿puede dejar ese bolígrafo allí?» «Lo siento, pero creo que…» Podríamos poner mil ejemplos de situaciones cotidianas en las que la palabra «lo siento» se nos escapa de la punta de la lengua.
Aunque decir lo siento es una muestra de educación o de buenos modales, hacerlo con demasiada frecuencia es negativo.
Jean de la Bruyère decía que sólo hay un exceso admisible en nuestro mundo: mostrar auténtica gratitud. Sin embargo, dar las gracias no es lo mismo que estar verdaderamente agradecido.
El perdón es similar. Puedes decir «lo siento» veinte veces al día o más. Sin embargo, siempre es mejor decirlo sólo cuando es realmente necesario. Veamos más de cerca.
¿Te disculpas demasiado?
Cuando dices que lo sientes, es porque alguien debe perdonarte por algo. Tarde o temprano, la gente que te rodea se cansará de oírte decirlo. O peor aún, pensarán que no tienes la suficiente confianza para actuar de forma autónoma. Por eso, como ocurre en cualquier otro ámbito de la vida, debes evitar los extremos.
Un ejemplo de extremos es Donald Trump. Una de sus principales características es que nunca se disculpa porque, según él, «nunca se equivoca». Otro ejemplo de este extremo es Martin Winterkorn, ex director general de Volkswagen. A pesar de las pruebas del fraude que cometió Volkswagen en las pruebas de emisiones de los coches diésel, tardó casi un año en disculparse públicamente. Cuando finalmente se disculpó, gran parte de la confianza de los clientes ya se había roto.
En el otro lado del espectro están las personas que usan y abusan de las disculpas. A veces lo hacen por cortesía o buena educación, mientras que otras simplemente por inseguridad. En todos los casos, no son conscientes de las implicaciones de hacerlo.
Aquí tienes algunas de ellas.
Desvaloriza el propósito del perdón
Perdonar y pedir perdón son dos ejercicios altamente terapéuticos. Resuelven conflictos, descargan cargas y alivian tensiones. Pocos actos implican mayor responsabilidad que admitir ser culpable de una ofensa y pedir perdón a la otra parte. Ahora bien, si te pasas el día pidiendo perdón por cosas insignificantes, el perdón pierde su sentido y relevancia.
Te desvalorizas
¿Te disculpas demasiado? Si lo haces, tómate un momento para reflexionar sobre la siguiente idea. Cómo crees que te ven los demás cada vez que te disculpas por algo sin importancia? Algunas situaciones no requieren disculpas. Hay pocas circunstancias reales en las que tengas que pedir perdón.
Debes entender que decir que lo sientes no demuestra necesariamente que seas humilde, educado o respetuoso. No te disculpes por preguntar, por pasar, por sentarte, por dejar caer un lápiz, por pedir ayuda o por respirar. Hacerlo aumentará tu autoestima y confianza.
Pedir perdón como forma de salir de ciertas situaciones
La mayoría de nosotros lo hacemos: pedir perdón como si fuera una tarjeta de «salida de la cárcel» para evitar ciertas situaciones. Hay momentos en los que, por alguna razón, aflora tu inseguridad o tu timidez. Piensa en ello. Es habitual que la gente pida perdón cada vez que se dirige a un desconocido. Por ejemplo: «Perdone, ¿puedo hacerle una pregunta?» o «Disculpe, ¿podría pasarme esa llave que se me ha caído?»
Cuándo disculparse y cuándo no
Si te disculpas demasiado, debes aprender cuándo es apropiado hacerlo y cuándo no. Trabajar en esto hará que te sientas más competente y seguro en cualquier situación y escenario.
Cuándo pedir perdón
- Discúlpate cuando hayas hecho daño a alguien.
- Hazlo cuando hayas ofendido, decepcionado o herido los sentimientos de una persona.
- Pide perdón cuando te arrepientas de tu comportamiento.
- Sé capaz de pedir perdón cada vez que te equivoques y tu error afecte a los demás.
- Pide perdón para acabar con las disputas y dejar atrás viejos rencores.
- Aprende a ser capaz de pedirte perdón a ti mismo. Todos cometemos errores o tomamos decisiones inadecuadas.
Cuándo no hay que pedir perdón
- No te disculpes cuando estés dando tu opinión.
- Evita decir que lo sientes en situaciones en las que no tiene sentido. Por ejemplo, siempre que te dirijas a alguien, quieras hacer una pregunta o necesites coger algo.
- Evita pedir perdón siempre que necesites ayuda.
¿Te disculpas demasiado? Aunque hay momentos en los que pedir perdón es necesario, a veces no hace falta.
Para terminar, aunque probablemente hayas oído que sólo las personas fuertes piden perdón, debes poner límites. Pedir perdón en exceso desdibuja el significado real y poderoso del perdón y puede afectar a tu autoestima.