El objetivo de esta revisión es ofrecer una visión general de 50 años de experiencia en el sellado de fisuras y sacar conclusiones sobre la aplicabilidad y la eficacia del método. Otro propósito es proporcionar un resumen de la evidencia científica relevante que ayude a los clínicos en su proceso de toma de decisiones. Un sellador de fisuras es un material que se coloca en las fosas y fisuras de los dientes para prevenir el desarrollo y/o detener la progresión inicial de la caries. Los sellantes, al proporcionar una barrera física, impiden que los microorganismos y las partículas de alimentos se acumulen en las fosas y fisuras. Los sellantes son muy eficaces para prevenir la caries dental en las fosas y fisuras de los dientes cuando son aplicados por operadores capacitados. El sellador debe colocarse en las fosas y fisuras de los dientes permanentes de los niños y adolescentes cuando se determine que el diente o el paciente están en riesgo de desarrollar caries. El sellado de fisuras puede recomendarse como medida de prevención de la caries. Aunque hay una buena evidencia que apoya la inclusión de los selladores de fisuras como parte de un programa preventivo del equipo dental, hay que tener en cuenta una serie de cuestiones relacionadas. En zonas de alta prevalencia de caries se ha demostrado que los costes de tratamiento pueden reducirse realmente sellando las superficies susceptibles, normalmente las superficies oclusales de los primeros molares permanentes. El sellado de fisuras se introdujo e investigó por primera vez en los años 1960-1970. Durante las últimas décadas, se han desarrollado enfoques basados en la evidencia sobre la eficacia de esta medida preventiva primaria y secundaria. En general, se acepta que la eficacia de los sellantes para la prevención de la caries depende de la retención a largo plazo. Los sellantes a base de resina son el material de primera elección para los sellantes dentales. El cemento de ionómero de vidrio puede utilizarse como agente preventivo provisional. Aunque la relación coste-eficacia es una consideración importante, desde un punto de vista ético la protección de la salud bucodental no debe considerarse puramente en términos económicos. El profesional de la salud bucodental debe controlar y reaplicar los sellantes según sea necesario para maximizar su eficacia.