El signo de interrogación invertido se adoptó mucho después de la decisión de la Real Academia, publicada en la segunda edición de la Ortografía de la lengua castellana en 1754, que lo recomendaba como símbolo que indicaba el comienzo de una pregunta en el español escrito -por ejemplo, «¿Cuántos años tienes?» («¿Cuántos años tienes?»). La Real Academia también ordenó el mismo sistema de símbolos invertidos para los enunciados de exclamación, utilizando los símbolos «¡» y «!». Esto ayuda a reconocer preguntas y exclamaciones en oraciones largas. «¿Te gusta el verano?» y «Te gusta el verano» se traducen respectivamente como «¿Te gusta el verano?» y «Te gusta el verano». (No siempre hay diferencia entre el enunciado de una pregunta sí-no y la afirmación correspondiente en español). Estas nuevas reglas se adoptaron lentamente; hay libros del siglo XIX en los que el escritor no utiliza ni «¡» ni «¿».
En las oraciones que son a la vez declarativas e interrogativas, la cláusula que formula una pregunta se aísla con el símbolo de inicio de interrogación invertido, por ejemplo: «Si no puedes ir con ellos, ¿quieres ir con nosotros?» («Si no puedes ir con ellos, ¿quieres ir con nosotros?»), no «Si no puedes ir con ellos, ¿quieres ir con nosotros?»
Algunos escritores omiten el signo de interrogación invertido en el caso de una pregunta corta no ambigua como: «¿Quién viene?» («¿Quién viene?»). Este es el criterio en gallego y catalán. Algunas autoridades en lengua catalana, como Joan Solà i Cortassa, insisten en que se utilicen los signos de interrogación de apertura y cierre para mayor claridad.
Algunos escritores en lengua española, entre ellos el premio Nobel Pablo Neruda (1904-1973), se niegan a utilizar el signo de interrogación invertido. En las salas de chat de Internet y en la mensajería instantánea es habitual utilizar sólo el símbolo de cierre de una pregunta, ya que ahorra tiempo de escritura. Los símbolos de cierre múltiples se utilizan para dar énfasis: «¿Por qué dices eso?», en lugar del estándar «¿Por qué dices eso?» («¿Por qué dices eso?»). Algunos también pueden utilizar el símbolo de finalización tanto para el comienzo como para el final, dando «?Por qué dices eso?». Dado el entorno informal, esto podría carecer de importancia; sin embargo, los profesores ven esto como un problema, temiendo y afirmando que los jóvenes estudiantes contemporáneos están extendiendo de forma inapropiada e incorrecta esta práctica a los deberes y ensayos académicos. (Véase Lingüística en Internet § Perspectiva educativa)