Díadas, tríadas y grupos grandes

Un grupo pequeño es típicamente uno en el que el conjunto de personas es lo suficientemente pequeño como para que todos los miembros del grupo se conozcan y compartan una interacción simultánea, como una familia nuclear, una díada o una tríada. Georg Simmel (1858-1915) escribió extensamente sobre la diferencia entre una díada, o grupo de dos miembros, y una tríada, que es un grupo de tres miembros (Simmel 1902). En la primera, si una persona se retira, el grupo ya no puede existir. Podemos pensar en un divorcio, que efectivamente acaba con el «grupo» de la pareja casada o de dos mejores amigos que no se vuelven a hablar. En una tríada, sin embargo, la dinámica es muy diferente. Si una persona se retira, el grupo sigue vivo. Una tríada tiene un conjunto diferente de relaciones. Si hay tres en el grupo, puede desarrollarse una dinámica de dos contra uno, y existe la posibilidad de que haya una opinión mayoritaria sobre cualquier cuestión. Los grupos pequeños suelen tener una fuerte cohesión interna y un sentido de la conexión. El reto, sin embargo, es que los grupos pequeños consigan grandes objetivos. Pueden tener dificultades para ser escuchados o para ser una fuerza de cambio si están presionando contra grupos más grandes. En resumen, es más fácil ignorarlos.

Es difícil definir exactamente cuándo un grupo pequeño se convierte en un grupo grande. Tal vez ocurre cuando hay demasiadas personas que se unen en una discusión simultánea. O quizás un grupo se une a otros grupos como parte de un movimiento que los une. Estos grupos más grandes pueden compartir un espacio geográfico, como una fraternidad o hermandad en el mismo campus, o pueden estar repartidos por todo el mundo. Cuanto más grande sea el grupo, más atención podrá atraer y más presión podrán ejercer sus miembros para conseguir el objetivo que deseen. Al mismo tiempo, cuanto más grande es el grupo, más aumenta el riesgo de división y falta de cohesión.