La teoría de la melanina postula que las respuestas de los individuos a los estímulos sociales están determinadas por la prevalencia del pigmento de la piel, la melanina. El historiador Stephen Ferguson describe la teoría de la melanina como un componente del afrocentrismo «fuerte», que asigna causas biológicas a fenómenos sociales como la supremacía blanca:66 Los defensores de la teoría de la melanina argumentan que la inseguridad entre los varones europeos conduce a esfuerzos para dominar y emascular socialmente a los varones africanos, tomando la forma de desempleo, encarcelamiento y marginación política y social.
Los defensores de esta teoría, entre los que se encuentran el profesor de estudios negros Leonard Jeffries:56 y la psicoanalista y supremacista negra Frances Cress Welsing, argumentan sin pruebas que los niveles más altos de melanina confieren a los negros cualidades intrínsecamente superiores a las de los blancos, incluidas habilidades sobrenaturales como la percepción extrasensorial:67 Según Bernard Ortiz de Montellano, «las supuestas propiedades de la melanina, en su mayoría sin fundamento, irrelevantes o distorsiones de la literatura científica, se utilizan para justificar las afirmaciones afrocéntricas. Una de las más comunes es que los humanos evolucionaron como negros en África, y que los blancos son mutantes (albinos, o recesivos de la melanina)».
Welsing afirma que los africanos poseen genes dominantes en comparación con los genes recesivos de los europeos, lo que, postula, conduce a una lucha de los europeos por mantener su distinción genética. Welsing derivó su hipótesis en parte a través de un análisis neofreudiano de los símbolos culturales más que de las pruebas científicas, argumentando que la motivación de la supremacía blanca es una respuesta inconsciente a la inferioridad genética y sexual de los blancos. Ferguson equipara este argumento con la «envidia del pene de los hombres blancos» hacia los hombres negros.:67-68
La teoría de la melanina ha sido calificada de racista.