«Es nuestra visión del futuro a la luz de nuestras prioridades lo que determinará nuestro éxito antes que nada.» – Jack Heimbigner
¿Recuerdas la última vez que estuviste sentado en la puerta de un restaurante en un día cálido y soleado? Probablemente estabas allí con tu familia o amigos y lo estabas pasando muy bien. Piensa por un momento en tu entorno. ¿Estás ahí?
Seguro que había pajaritos saltando por el suelo junto a las mesas vacías. Picoteando trozos de pan o migas que habían caído al suelo. Picoteando en silencio para no ser molestados y poder disfrutar de cada bocado que encontraran.
Cada vez que veo estos pajaritos, pienso en cómo solía vivir de bocado en bocado. Hace diez años, me di cuenta de que había estado persiguiendo una visión muy borrosa de mi futuro. Y como mi visión del futuro no era nada clara, estaba persiguiendo sabores de ese futuro, una migaja a la vez.
Fue cuando me di cuenta de que mi visión de mi vida no era claramente mía. Era en parte algo que otros tenían para mi vida, y en parte lo que yo pensaba que debía ser mi futuro, y cuando me di cuenta de esto, lo cambió todo.
«Aprecia tus visiones y tus sueños, ya que son los hijos de tu alma, los planos de tus logros definitivos.» – Napoleon Hill
Cuando leí esta cita de Napoleon Hill, me di cuenta de lo acertado que es lo de que nuestra visión y nuestros sueños son como los hijos de nuestra alma. Y hay dos partes importantes en esta frase: Hijos y Alma. Mientras meditaba sobre esta cita llegué a estas conclusiones:
- Los sueños y la visión son como los niños: Debemos nutrirla, alimentarla y limpiarla cuando las cosas se desordenan.
- Los sueños y la visión provienen de nuestra alma: Nuestra alma es la composición de nuestra mente, emociones y voluntad.
A continuación voy a desglosar estas conclusiones. Quédate conmigo en esto, porque te ayudará a aclarar mejor tu visión para tu futuro para que puedas llegar a donde quieres estar más rápidamente creando una mejor dirección y tomando acciones consistentes en el tiempo.
Visión y Sueños: Niños
«Hay que nutrirla, alimentarla y limpiarla cuando las cosas se desordenan»
Recuerda que al principio hablé de esos pajaritos. Estaban saltando de un lado a otro, zigzagueando de una cosa a otra. Esta es una imagen de niños no nutridos, no alimentados y desordenados.
Cuando no tenemos una visión clara de nuestro futuro, nuestra dirección y nuestras acciones son azarosas y desorganizadas. Vamos a alguna parte, pero no llegamos a ella ni rápida ni eficazmente.
Sin embargo, cuando tenemos una visión clara, es una visión en la que hemos alimentado nuestros sueños y nuestras prioridades. Alimentamos esos sueños y prioridades con enfoque y claridad. Y limpiamos los desórdenes cuando perdemos de vista nuestras prioridades.
Cuando hacemos estas cosas, podemos tener una visión clara.
Nuestra alma: los padres
En general se acepta que nuestra alma está formada por nuestra mente, nuestras emociones y nuestra voluntad. Cuando somos personas sanas, nuestras almas están dirigidas por la mente, impulsadas por nuestras emociones y dirigidas por nuestra voluntad.
Cuando no estamos sanos, muchas veces, las emociones están tomando el control, volviéndonos locos y dirigiéndonos hacia lo que sentimos que es urgente.
Si nuestras visiones y sueños son hijos de nuestras almas, entonces tenemos que asegurarnos de que estamos nutriendo, alimentando y limpiando nuestras almas también.
De lo contrario, podemos hacer todos los ejercicios de visión y sueño del mundo y aun así no ver nuestros deseos futuros hechos realidad.
Cuando aclaramos nuestra visión para el futuro, necesitamos recordar con nuestra mente qué es lo que queremos en la vida.
Y luego, que nuestros sentimientos se animen a luchar por esas cosas. Y que nuestra voluntad esté capacitada para tomar esas decisiones que nos lleven hasta allí.
Incluso cuando las cosas se ponen difíciles, tenemos nuestra visión en la que confiar para salir adelante. Pero tenemos que estar de acuerdo con nuestra mente en que podemos llegar allí.
Esto siempre mantendrá nuestras emociones y nuestra voluntad bajo control.
Si perdemos de vista nuestro acuerdo con nosotros mismos sobre cómo llegar a nuestros sueños, perderemos nuestra capacidad de llegar al futuro que deseamos.
La Conclusión
Necesitas detenerte y aclarar tu visión si no lo has hecho ya hoy. Qué es lo que realmente quieres de la vida? Hay sueños que tienes y que deseas? ¿Quién o qué son las prioridades en tu vida?
Responde a estas preguntas y prepárate para ver el verdadero futuro que deseas.
Una vez que hagas esto, necesitas ponerte de acuerdo con tu mente cada vez que pienses en el futuro. Motiva tus emociones para que te conduzcan hacia ese futuro. Y dirígete hacia él guiando tu voluntad para realizar las acciones correctas y consistentes cada día.
Nuestra visión determina nuestro éxito antes de hacer cualquier otra cosa. Si nuestra visión no es clara, nuestro éxito será menor de lo que deseamos. Si nuestra visión es clara, entonces podemos tener éxito más y más alto de lo que podemos ver ahora mismo.
¿Cuál es tu visión para el futuro? Comparte en las respuestas de abajo.