Cómo ser una persona sociable cuando no lo eres

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No todo el mundo nace siendo una «persona sociable». Yo también. Tiendo a rehuir los focos cuando hay mucha gente alrededor. Sin embargo, me encanta la gente y me siento atraído por ella. Encuentro sus historias fascinantes y aprendo continuamente de ellas para mejorarme a mí mismo.

Esto explica por qué me encanta entrevistar a personas inspiradoras y leer biografías y memorias. Cuanto más conozco a alguien, ya sea en persona o virtualmente, más lo admiro.

En mi mundo, todos son maestros. Podemos aprender de sus éxitos y de sus fracasos. Reconocerlos es el primer camino para ser una «persona con don de gentes» en el sentido más completo del término.

Es sabido que los individuos que son buenos con otras personas gozarían de privilegios a la hora de conectar con los demás, relacionarse con ellos y liderarlos. Estos rasgos son esenciales para el éxito. Tanto los extrovertidos como los introvertidos pueden aprender estas habilidades.

Los introvertidos recuperan su energía con el tiempo a solas, mientras que los extrovertidos ganan su fuerza al estar con mucha gente. Ambos tipos son necesarios para la sociedad y para la evolución humana. Sin embargo, muchas personas malinterpretan a los introvertidos más callados por ser «débiles», mientras que los extrovertidos más ruidosos son confundidos por ser «fuertes».

La verdad es que los introvertidos tienden a pensar primero antes de hablar, mientras que los extrovertidos hacen lo contrario. Estos rasgos también se pueden aprender. Por ejemplo, los introvertidos pueden aprender a hablar sin ninguna pausa por pensar demasiado. Los extrovertidos pueden aprender a pensar primero durante uno o dos segundos antes de expresarse verbalmente.

Soy introvertido y siempre lo seré. Esto significa que pienso antes de hablar y que el tiempo a solas me recarga y relaja. Prefiero no participar en actividades grupales ruidosas, sino que prefiero actividades grupales más tranquilas y sesiones individuales. Amo genuinamente a la gente, pero prefiero tener un pequeño grupo de personas afines con relaciones profundas en lugar de salir con un gran grupo de personas a las que apenas conozco.

Susan Cain, en su exitoso libro de 2013 «Quiet: The Power of Introverts in a World That Can’t Stop Talking» (Silencio: el poder de los introvertidos en un mundo que no puede dejar de hablar), dice que no hay nada malo en ser introvertido, ya que la principal diferencia entre un introvertido y un extrovertido es su fuente de energía.

Al darme cuenta de la necesidad de mejorar mis habilidades con la gente, aprendí la importancia de los siguientes elementos a la hora de comunicarme. Lleva tiempo dominarlos y a menudo vuelvo a caer en mi propia forma tranquila.

Sólo recuerda seguir reencuadrando tus pensamientos y palabras siempre que te comuniques con la gente antes de retirarte a tu mundo privado. Aquí tienes 5 consejos que puedes utilizar para ser más carismático.

Cómo ser una persona sociable cuando no lo eres

Primero, practica la Regla de Oro.

Para relacionarte mejor con los demás, ponte en el lugar de la otra persona. Abre tu corazón. Trata a la gente como quieres que te traten a ti. Puede sonar a tópico, pero es el principio más importante de la comunicación. Cuando inviertes en algo bueno, te lo devolverán. Cuando aprecias a las personas, ellas te devolverán el aprecio.

Cuando las personas no se comportan bien y son negativas, si mantenemos nuestra actitud positiva, lo más probable es que cambien y sigan nuestro ejemplo. Por ejemplo, si quieres que los demás te animen, puedes empezar por animarles a ellos. Este tipo de positividad acerca a la gente y, juntos, podéis sacar lo mejor de cada uno.

En segundo lugar, no guardes rencor y perdona enseguida.

Perdonar a los demás enseguida es un signo de fortaleza. Es tanto liberar tu mente como mantener la paz en el corazón. Para los introvertidos pensantes, que tienden a rumiar mucho, los rencores crearían un ciclo interminable que no se detiene.

Cuanto más pienses en algo que «no está bien» a tus ojos, más rumiarías, por lo tanto, más implacable serías y más profundo sería el rencor. Detén el círculo vicioso perdonando y dejando ir.

Tercero, elimina tu «ego» para que te vean «inteligente»

Deja que la comunicación fluya y crea un ambiente positivo y amigable. A un introvertido empollón como yo, le cuesta entrar en calor, ya que tiendo a hablar de «grandes ideas» más que de actividades personales.

Puedes empezar a hablar de lo que tengas delante en ese momento, como por ejemplo de lo bien que se cena y del buen tiempo que hace. Empiece con algo que a ambos les resulte interesante, en lugar de hablar del Congreso, de la última cotización de las acciones de APPL o del reciente debate sobre la Renta Básica Universal.

En cuarto lugar, muestre interés escuchando realmente las historias de los demás.

Escuche lo que la gente dice mostrando la prueba de ello. Haga preguntas basadas en lo que acaban de hablar. Haga comentarios positivos con alguna expresión facial.

No espere su turno para hablar asintiendo sin escuchar realmente. Cuanto más practiques esta escucha proactiva, mejor comprenderás a los demás. Y abrirás más tu corazón.

En quinto lugar, utiliza el «nosotros» en lugar del «yo» siempre que sea posible.

Usa el «nosotros» más a menudo que el «yo» y enmarca tu mensaje para incluir el «nosotros» en lugar del mero «yo». Recuerde que una comunicación ideal es una situación en la que todos ganan, lo que significa que ambas partes obtienen algo significativo. Pequeñas cosas sencillas, como escuchar atentamente, apreciar su tiempo y la reciprocidad, reforzarían el factor «nosotros».

Los introvertidos pueden comunicarse bien con los demás y algunos son incluso famosos por ello. Por ejemplo, Dianne Sawyer, Julia Roberts, Abraham Lincoln, Emma Watson, Christina Aguilera, George Stephanopoulos y Bill Gates son todos introvertidos. Los amamos por lo que son y podemos dar fe de que son «personas».

He estado practicando este estilo de comunicación más abierto con estos cinco elementos, que son atractivos y positivos, durante años. Y todavía estoy aprendiendo a hacer que la gente me quiera más por lo que soy que por lo que sé del mundo. Todo lleva su tiempo.

Tres consejos más:

Uno, si eres súper tímido al tratar con los demás, imagina que estás hablando con una sola persona en la que confías de verdad, como tu pareja o tu mejor amigo. Engaña a tu mente para que lo crea.

Dos, si te pones nervioso, mira a la pared detrás de la frente de la persona con la que estás hablando. Mira el punto entre sus ojos. Sigues mirándoles, pero de forma ligeramente indirecta.

Tres, sé consciente de tu lenguaje corporal. Ten un lenguaje corporal abierto, no remilgado ni cerrado. Un estudio revela que el lenguaje corporal abierto también engaña a nuestra mente para que piense que estamos seguros y positivos, como si todo fuera a nuestro favor.

Por último, sé valiente y obsérvate a ti mismo en el día a día. Comunicarse como lo hace la «persona de la gente» requiere tiempo y práctica para los introvertidos. Con el tiempo, tendrás el llamado «carisma» para abrir más puertas y más oportunidades.

Sólo tienes que dar el primer paso.

Foto: Pexels.com

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