El curso de la vida consiste en «transiciones graduadas por edad a través de instituciones y estructuras sociales, y está incrustado en relaciones que limitan y apoyan el comportamiento – tanto el curso de la vida individual como la trayectoria de desarrollo de una persona están interconectados con las vidas y el desarrollo de otros» (Elder 1998). A diferencia del concepto de ciclo vital, que entiende la vida individual como etapas normativas lineales relacionadas con la edad en un proceso de desarrollo, la teoría del curso vital se basa en la interacción entre un enfoque contextualista y biográfico. Las transiciones clave en el curso de la vida están integradas en el tiempo y el lugar social: las circunstancias sociales y los acontecimientos históricos influyen en las transiciones (Heinz, 2009). Al mismo tiempo, los individuos construyen activamente su biografía y la agencia individual se emplea en la secuencia de eventos en el curso de la vida, en la construcción de relatos interpretativos y en los procesos de creación de significado.
Las construcciones institucionalizadas del curso de la vida definen patrones normales de transiciones para la edad y el género que son apoyados por la política mientras que al mismo tiempo tratan de limitar la desviación. Sin embargo, el cambio social socava constantemente estas nociones de normalidad. La perspectiva del curso de la vida incluye todas las etapas del curso de la vida reconociendo que el crecimiento del desarrollo continúa a través de la edad adulta hasta la vejez. Por lo tanto, sugiere un enfoque holístico que promueve un modelo ecológico, situando a las familias y a los individuos en el contexto del cambio histórico, demográfico y social, así como un enfoque multidisciplinar. La investigación sobre el curso de la vida es esencialmente comparativa y a menudo aplica una lógica de estudio de casos a las comparaciones sobre la base de la investigación cualitativa, proporcionando así gruesas descripciones de un pequeño número de casos con interacciones entre muchas variables.
La investigación en este campo ha puesto de relieve los desarrollos sociales generales, como el rápido cambio demográfico y los procesos de desestandarización del curso de la vida, mostrando que el curso y la secuencia de las fases en los cursos de la vida ya no pueden darse por sentados, sino que son cada vez más inseguros e inciertos, especialmente para los adultos jóvenes.
A la luz de lo anterior, la investigación sobre el curso de la vida ofrece una metodología de investigación establecida para examinar las dimensiones individuales y subjetivas, investigando las muy diversas condiciones de vida de los jóvenes adultos en toda Europa, su pluralidad en términos de culturas juveniles, estilos de vida, proyectos de vida de los jóvenes, elección profesional y trayectorias en el mercado laboral, en particular con referencia al género, la migración y otras dinámicas (Nilsen et al., 2012). Además, la investigación del curso de la vida ofrece un marco lógico para investigar las percepciones y expectativas de los jóvenes adultos, de sus competencias informales/no formales y su capacidad para crear un significado subjetivo y una continuidad a lo largo de las diferentes fases, dominios y esferas de sus cursos de vida. YOUNG_ADULLLT estudia cómo estas diferencias median e influyen en las políticas de aprendizaje permanente, explicando así parcialmente su eficacia o ineficacia.
(Siyka Kovacheva, Thomas Verlage & Andreas Walther)